Decenas de miles de egipcios celebraban este miércoles en la plaza Tahrir de El Cairo el primer aniversario de la rebelión que derrocó al presidente Hosni Mubarak, con tensiones entre los militares en el poder y jóvenes que consideran que la revolución aún está inconclusa.

Multitudes de islamistas, liberales, militantes de izquierda o ciudadanos comunes convergían hacia la plaza que se convirtió en el símbolo de la protesta luego de una noche de lluvia torrencial.

Los manifestantes exhibían carteles con una enorme diversidad de mensajes que dejaban al desnudo las divergencias sobre el significado del día.

Los Hermanos Musulmanes, que dominan el nuevo Parlamento, concurrieron a la plaza para celebrar el aniversario de la caída de Mubarak.

Sin embargo, otros grupos afirmaron que regresaban a la plaza para continuar la inacabada revuelta y pedir que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que dirige Egipto desde la caída de Mubarak, abandone el poder.

“Celebración del primer aniversario”, podía leerse en un enorme cartel, alrededor del cual varios “comités populares” organizaban la muchedumbre en la plaza.

Otro cartel rezaba “Fuera el poder militar”.

La gran pregunta, estampada en la portada del diario semanal en francés Al Ahram Hebdo, era “¿Quién se quedará con el alma de la revolución?”.

Símbolo de los desacuerdos, una banda militar tocaba himnos patrióticos, mientras manifestantes criticaban al poder militar.

En la ciudad de Suez (norte), unos 5.000 manifestantes coreaban: “De Suez a Tahrir, ¡abajo el mariscal!”, refiriéndose al principal dirigente egipcio Husein Tantaui, jefe del Comando Supremo de las Fuerzas Armadas.

El martes, Tantaui anunció el fin parcial de la criticada ley sobre el estado de sitio, en vigor desde el asesinato de Anuar el Sadat en octubre de 1981, que permite restringir las libertades públicas y realizar juicios ante tribunales de excepción.

El año pasado, el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas había ampliado su campo de aplicación para incluir, entre otras cosas, las huelgas.

Sin embargo, Tantaui anunció el fin del estado de sitio, “con excepción de los casos de lucha contra los delitos violentos”, sin precisar qué entendía exactamente por eso.

El levantamiento del estado de sitio era reclamado con insistencia por los movimientos que iniciaron la revuelta el año pasado.

Además, la fecha del 25 de enero, que anteriormente era el “Día de la Policía”, pasó a ser el “Día de la Revolución” y convertida en feriado nacional.

Las fuerzas de seguridad informaron que se mantenían en estado de alerta en caso de una “tentativa de sabotaje” de las celebraciones, aunque el ministro del Interior afirmó que no habría presencia policial en el lugar de las manifestaciones.

La organización de defensa de los Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) estimó el miércoles que el levantamiento parcial del estado de sitio era “una invitación a seguir cometiendo abusos”.

“Es un insulto para todos aquellos que piden que se restablezca el estado de Derecho, del que se ha abusado durante muchos años”, estimó HRW.

Por su parte, Amnistía Internacional estimó que “las fuerzas de seguridad tienen que actuar de modo responsable, permitiendo que cada uno pueda ejercer con toda seguridad su derecho de expresión y de reunión”.