La calculadora del estudiante que abrió fuego en la universidad Virginia Tech, un mechón de cabello del homicida Charles Manson o cartas de asesinos en serie: el mercado de los souvenirs del crimen está en expansión en Estados Unidos y todo se consigue en internet.

Una media decena de sitios web ofrece lo que se denomina “murderabilia” (recuerdos de asesinatos), que reúne desde el arma homicida hasta fotos firmadas, desde la pipa utilizada por un prisionero hasta su informe de autopsia.

En ‘supernaught.com’ se puede comprar por 3.700 dólares una calculadora vendida “en eBay por el asesino en serie Cho Seung-hui para comprar armas y municiones” utilizadas, según la nota, por este hombre de 23 años para matar a 32 personas en el campus de la universidad Virginia Tech (Virginia, este), en 2007.

Una radiografía de la médula espinal de Charles Manson, en venta a 8.500 dólares, fue “obtenida de alguien cercano que la consiguió de un empleado de la prisión” donde el famoso criminal cumple cadena perpetua. Manson fue autor en 1969, entre otros asesinatos, de la salvaje muerte de Sharon Tate, la mujer del cineasta Roman Polanski, que tenía 26 años y estaba embarazada de ocho meses.

“Los artículos relacionados con Manson son siempre muy solicitados”, afirmó a la AFP Eric Gein, propietario de ‘serialkillersink.net’.

“Es el gran mercado del siglo XX. Todo coleccionista digno de ese nombre tiene al menos un objeto de él”, añadió el comerciante, que vende también cartas o fotos firmadas del asesino.

El sitio de subastas ‘murderauction.com’ también resume la historia criminal estadounidense, con una carta del mafioso Al Capone (puesta a la venta por 8.000 dólares), fotos de bandidos del Lejano Oeste (10 dólares) o bolsas de tierra con las que se sepultó a víctimas.

El “mercado está en plena expansión”, aseguró Gein, que vendió más de 500 objetos en tres años, gracias sobre todo a la publicidad indirecta hecha por la prensa estadounidense a estos sitios.

Además, “todo el mundo es un poco macabro. Desde siempre la gente ha querido poseer objetos ligados a los muertos”, afirmó, mencionando a los soldados romanos que tomaban fragmentos de la cruz de Cristo o a los coleccionistas de las insignias nazis.

El propio gobierno estadounidense, en 2011 y a favor de las víctimas, vendió los objetos personales de Theodore Kaczynski, conocido como “Unabomber”, condenado a perpetuidad en 1998 por haber matado a tres personas y herido a 29 a través del envío de paquetes bomba.

Para recolectar las piezas, Gein llegó a “conocer bien a la mayoría de los asesinos en serie, personalmente. La mayor parte de nuestros artículos vienen de los mismos prisioneros”, afirmó, asegurando que estos últimos no son retribuidos.

Los objetos proceden de “tiendas o de museos de las cárceles, de guardias que a veces roban a los prisioneros, pero a menudo de los detenidos mismos”, explicó William Harder, quien gestiona ‘murderauction.com’. En cuanto a los clientes “es todo el mundo”: abogados, policías, obreros, dijo a la AFP.

Para las familias de las víctimas este negocio es nauseabundo. “¿Quién es el enfermo que quiere ganar dinero vendiendo fotos del cadáver de mi pequeño?”, exclamó Pam Hobbs, entrevistada recientemente por la televisión WMC de Memphis, luego de la puesta en venta de fotos de los cuerpos de tres niños de ocho años asesinados, entre ellos, su hijo.

En Estados Unidos, ocho estados -de los 50 que existen- prohíben este tipo de venta. Se han lanzado campañas para no permitir este “comercio abominable”, según el senador de Texas John Cornyn, autor de un proyecto de ley el año pasado.

“Estados Unidos es un país de libre comercio”, señaló por su parte Harder. “Los que se indignan, que no vayan a ver el sitio web”, añadió Gein.