El canciller francés Alain Juppé saludó el jueves la condena a cadena perpetua dictada por la justicia argentina contra el ex capitán de la marina Alfredo Astiz por crímenes, torturas y secuestros durante la dictadura, una decisión que “honra a la Argentina”.

“Saludo esta decisión que honra a la Argentina y su compromiso en la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos durante la dictadura militar y por la justicia”, afirmó el ministro francés de Relaciones Exteriores en una declaración, al día siguiente de la sentencia.

La condena contra Alfredo Astiz, de 59 años, conocido como “el ángel rubio de la muerte”, incluye el secuestro, tortura y desaparición de las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon en plena dictadura (1976-83).

Juppé recordó en su declaración la sentencia a cadena perpetua que la Corte de apelaciones de París pronunció en 1990 en ausencia contra el marino argentino, que en 2007 fue condenado a la misma pena en Italia.

Tras recordar el “apoyo permanente” que Francia aportó al gobierno argentino tras su decisión de anular en 2003 las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, el ministro francés saludó “nuevamente la voluntad política que anima a las autoridades argentinas para llevar a término los juicios de la dictadura”.

“Francia se felicita por la excelente cooperación llevada adelante con Argentina en la lucha contra la impunidad y la defensa de los derechos humanos”, concluyó el canciller galo que recordó en ese contexto la adopción por ambos países de la Convención Internacional para la Protección de todas las personas contra las desapariciones forzosas que entró en vigor en 2010.

Astiz, símbolo de la represión ilegal en la dictadura y otros 11 militares, entre éstos Jorge “Tigre” Acosta, y Ricardo Cavallo, fueron condenados a prisión de por vida por crímenes de lesa humanidad cometidos en la temible Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) uno de los centros clandestinos de la dictadura por donde pasaron unos 5.000 prisioneros políticos de los que sólo sobrevivieron un centenar.