Durante muchos años, Nintendo se mantuvo a la cabeza de la innovación, lanzado siempre tecnología que era luego imitada por sus competidores y sin rivales en cuanto a ventas se trataba.

Pero en el último tiempo todo eso ha dado un giro en 360º, literalmente hablando.

Como informa Cnet.com, septiembre fue otro mes muy fuerte para la consola de videojuegos de Microsoft, vendiendo 360.000 unidades en EEUU de acuerdo al analista Michael Patcher. En segundo lugar se encuentra Sony con su consola PlayStation 3, con 260.000 unidades. Y Nintendo se queda con el último lugar con sólo 190.000 ventas de su consola Wii.

En este mismo aspecto, Xbox 360 ha logrado mantenerse como la consola más vendida durante 14 de los últimos 15 meses, dejando atrás a los demás por un amplio margen

Pero la historia principal no son las grandes ventas de Microsoft sino que la gran declinación de Nintendo, compañía que se había manteniendo en la cúspide de las ventas durante años.

La gran N, que seguramente está al tanto de esto, tomó cartas en el asunto y en vez de esperar algunos años más para lanzar su nueva consola, como hicierón sus competidores, planea hacer su estreno el próximo año.

Se llamará “Wii U”, y ofrecerá gráficos muy superiores a los actuales, con soporte para Alta Definición junto con un nuevo diseño del control el cual visualmente es muy parecido a un Tablet y permite una mayor interacción con los juegos.

Pero hasta que eso suceda, Nintendo está dejando reposar sus esperanzas en que su consola portátil 3DS, la cual tiene la capacidad de mostrar imágenes en 3D sin necesidad de utilizar lentes, reporte ganancias. El único problema es que el dispositivo ha probado ser una gran desilusión, vendiendo sólo 110.000 unidades en el segundo trimestre.

E incluso, a pesar de la gran rebaja que se hizo en su valor como estrategia para impulsar la ventas, sólo consiguió aumentarlas un poco, dejándola muy por debajo de su predecesora DS.

Cabe destacar que pese a que Microsoft logró aumentar sus ventas, el mercado de los videojuegos no había registrado un nivel tan pobre en ventas desde octubre de 2006, hecho que se ha visto potenciado por la poca creación de juegos nuevos, descansando cómodamente en secuelas de franquicias exitosas, lo que redujo a poco o nada la creatividad.

¿Logrará la industria volver a sus glorias pasadas o se entrará en una nueva crisis como la ocurrida en 1983 que por poco destruye el mercado? Las cartas están echadas, sólo nos falta ver en que terminará la partida.