Científicos de Estados Unidos anunciaron el lunes que diseñaron ratones autistas eliminando un grupo de sus genes, con la esperanza de que esta investigación impulse avances en el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad en seres humanos.

Estudios anteriores sugirieron que causas genéticas podrían ser responsables de ese trastorno del desarrollo, que puede causar dificultad para relacionarse socialmente, movimientos repetitivos, sensibilidad a ciertas luces y sonidos y problemas de comportamiento.

Algunos niños con autismo tienen una pequeña supresión en el cromosoma 16, que afecta a 27 genes, por lo que los científicos del Laboratorio Cold Spring Harbor en Nueva York decidieron tratar de alterar genéticamente a un grupo de ratones para que tuvieran la misma mutación genética.

“La idea de que esta supresión podría ser la causa del autismo era emocionante”, dijo la profesora Alea Mills, una de las autoras del estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.

“Así pues, nos preguntamos si recortar el mismo conjunto de genes en ratones tendría ningún efecto”, añadió.

Resultó que los ratones alterados mostraron comportamientos similares a los observados en personas con autismo: hiperactividad, dificultad para dormir, movimientos repetitivos y dificultades para adaptarse a nuevos entornos.

“Los ratones con la supresión actuaron de manera completamente diferente a los ratones normales,” explicó otro de los investigadores, Guy Horev.

Los científicos también encontraron que aproximadamente la mitad de los ratones autistas murió poco después del nacimiento. Futuros estudios podrían arrojar luz sobre si este déficit genético podría estar relacionado con las muertes de bebés sin explicación, según el estudio.

Al examinar el cerebro de los ratones en imágenes por resonancia magnética, los investigadores pudieron identificar qué regiones están alteradas en los ratones autistas.

Ese conocimiento podría ayudar a los científicos a determinar la base fisiológica del autismo, que afecta a cerca de 1% de los niños en Estados Unidos, y posiblemente llevar al diagnóstico y tratamiento precoces.

Los niños que tienen autismo, una serie de trastornos relacionados con una química cerebral anormal, suelen ser diagnosticados hacia los tres años. Los niños tienen de tres a cuatro veces más probabilidades de sufrir autismo que las niñas.