El presidente yemenita, Ali Abdalá Saleh, que se encuentra convaleciente en Riad, indicó que confia en el plan del Golfo para una transición pacífica en su país, informó el jueves la agencia oficial Saba.

Saleh, que el miércoles por la noche recibió a miembros del gobierno y de su partido, subrayó la “importancia de seguir tratando positivamente la iniciativa del Golfo y de encontrar el mecanismo apropiado para su puesta en obra para garantizar una transferencia pacífica del poder según la Constitución”.

El jefe del Estado, que desde mediados de enero se enfrenta a las protestas populares que reclaman su salida, se había negado hasta ahora a firmar el plan de las monarquías del Golfo, pese a las fuertes presiones regionales e internacionales.

Este plan, elaborado en concertación con Estados Unidos y la Unión Europea, prevé la formación por parte de la oposición, de un gobierno de reconciliación y la dimisión un mes después de Saleh, a cambio de un inmunidad para él mismo y para su allegados, y unas elecciones presidenciales en los 60 días.

“La iniciativa del Golfo supone siempre una base para un diálogo nacional” y “el presidente no la rechaza ni se niega a firmarla, pero se preocupa por que un acuerdo se ponga en marcha”, explicó a los periodistas en Saná el viceministro de Información, Abdo al Janadi.

El viceministro indicó también que Saleh “volverá a Yemen cuando los médicos se lo autoricen”.

El presidente Saleh se quedó en la capital saudita tras su salida el fin de semjana pasado del hospital donde fue tratado durante más de dos meses por las quemaduras sufridas tras el ataque el 3 de junio de su palacio en Saná.