El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, aseguró este jueves que no tiene intención de volverse a presentar a la reelección presidencial cuando faltan tres años para que concluya su mandato, para lo que tendría que modificar la Constitución.

Karzai, instalado en el poder desde finales de 2001 por las potencias occidentales, después de la salida de los talibanes del poder, fue elegido en 2004 y reelegido en 2009, en unos comicios salpicados por fraudes masivos en su favor y marcado por la retirada de su rival en la segunda vuelta.

“La Constitución afgana no permite a nadie presentarse más de dos mandatos. No he decidido y no trataré de presentarme a la presidencia por tercera vez”, declaró Karzai, citado en un comunicado de la presidencia.

El jefe del Estado respondía a una pregunta de un grupo de parlamentarios reunidos en el palacio presidencial, a raíz de los “rumores” sobre su intención de modificar la Constitución para presentarse, precisó el portavoz Siamak Herawi a la AFP.

El mandato actual de Karzai concluirá a finales de 2014, fecha prevista para el final de la retirada del conjunto de las tropas de combate de la coalición internacional, que apoyan a su gobierno ante la insurrección de los talibanes, y del traspaso a las fuerzas afganas de la responsabilidad de la seguridad sobre el conjunto del territorio.

“Para nosotros, el mayor éxito sería que apoyemos, para ser próximo presidente de Afganistán, a una persona aceptable para el conjunto del pueblo afgano y que sea el fiel servidor de todos”, agregó.

Antiguo protegido de occidente, el presidente Karzai es cada vez más impopular en el país y sus relaciones con los aliados occidentales no pasan por buen momento.

Estos últimos, con Estados Unidos a la cabeza, que han gastado miles de millones de dólares en Afganistán en los últimos díez años, y sostiene al frágil estado afgano, le reprochan sobre todo la corrupción que corroe a su gobierno y los nulos avances realizados en materia de Estado de derecho.

Karzai se ha visto marcado recientemente por una serie de asesinatos en su entorno más cercano, entre ellos, el de su medio hermano Ahmed Wali Karzai, uno de sus principales hombres de confianza en el sur, su región de origen y cuna histórica de los talibanes.

Además, la actual legislatura está paralizada por un conflicto que opone a la Comisisón Electoral Independiente (CEI), que ha proclamado los resultados y invalidando un cuarto de los votos, con Karzai, que ha encargado a un tribunal especial volver a examinarlos.