Aproximadamente un 15% de la población entre 25 y 55 años presenta un cálculo renal, y para eliminarlo es de mucha importancia saber a qué nivel de la vía urinaria se encuentra y de que tamaño es, expresó el urólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctor Fernando Marchant.
El facultativo sostuvo que “saber su ubicación permite definir si el paciente debe ser intervenido o se puede esperar una expulsión espontánea. Para este efecto el mejor examen radiológico es el pielotac. Consiste en una tomografía computarizada muy completa de abdomen y pelvis, entrega información del lugar, tamaño y qué tan duro es el cálculo”, expresó.
El especialista explicó que los cálculos son masas sólidas compuestas de pequeños cristales.
“La formación de estos está dada por muchos factores. Los más importantes son la presencia de cristales en abundancia asociado a poco volumen de orina. Los cálculos renales pueden no manifestar síntomas hasta que comienzan a bajar por el uréter, produciendo dolor. Dicho dolor es fuerte, con frecuencia comienza en el costado y luego baja hasta la ingle, es sin duda uno de los dolores más fuertes descritos por los pacientes”, el doctor Marchant.
Como norma general un cálculo mayor de 6 milímetros tiene una probabilidad muy baja de ser expulsado y por ende son estos cálculos los que se someten a cirugía.
Las técnicas quirúrgicas para el tratamiento son mínimamente invasivas, una de estas consiste en una onda de choque que se concentra sobre el cálculo y lo fragmenta en múltiples pedazos; otra, entrando al uréter con un endoscopio, mirar directamente el cálculo y sacarlo. También se usa ingresar al riñón por la espalda del paciente, también con un endoscopio y retirar el cálculo directamente del riñón. Esta última técnica se utiliza en cálculos más voluminosos.
Existen medidas para prevenir el crecimiento y nuevo desarrollo de un cálculo, entre éstas, tomar 2 litros de agua al día, consumir muy poca sal, disminuir el consumo de carnes y realizar ejercicios al menos 3 veces por semana.
