Scotland Yard se encontraba el lunes en una posición muy comprometida: encargada de la investigación de las escuchas del diario News of the World y obligada a justificarse de acusaciones de laxismo y corrupción tras la renuncia de dos altos funcionarios, entre ellos su jefe Sir Paul Stephenson.

Una segunda cabeza cayó el lunes. Luego de Paul Stephenson, renunció uno de sus subordinados, John Yates.

La salida de ambos es consecuencia de las revelaciones sobre la complicidad entre la policía y News Corp, grupo de Rupert Murdoch, y en especial por la contratación por Scotland Yard como consultor de un ex redactor en jefe adjunto del News of the World (NotW), Neil Wallis.

Neil Wallis fue 11 meses consejero de Scotland Yard, desde 2009, en el momento preciso en que John Yates consideraba inútil reabrir el caso de las escuchas telefónicas, cerrado en 2007 tras una apresurada investigación y dos condenas.

John Yates consideró entonces que ningún nuevo elemento justificaba la reapertura del caso, mientras The Guardian publicaba la lista de personalidades cuyos teléfonos habían sido intervenidos ilegalmente.

Se excusó luego, argumentando que no tuvo conocimiento de todos los elementos y de falta de cooperación en la época de NotW.

Nuevos elementos muestran cada día los lazos entre News of the World y la policía.

Paul Stephenson se entrevistó 18 veces con los dirigentes de News International entre 2006 y 2010, de las cuales 8 veces cuando Neil Wallis estaba todavía en NotW.

Otro alto responsable, Andy Hayman, jefe del antiterrorismo cuando se estaba realizando la primera investigación en 2006, empezó a publicar una crónica en el Times, propiedad de Murdoch en el Reino Unido, poco después de su partida de Scotland Yard en 2007.

Además de sus relaciones con el grupo Murdoch, Scotland Yard está acusado de haber actuado con un laxismo culpable en la investigación de las escuchas.

No menos de 11.000 páginas de notas manuscritas decomisadas por la policía en 2006 estuvieron durmiendo durante cuatro años en bolsas de plástico archivadas en estanterías.

Los nombres de cerca de 4.000 personas figuraban en estas notas decomisadas a Glenn Mulcaire, detective empleado par NotW para piratear las mensajerías. Sin embargo, sólo unas personas fueron prevenidas en la época por la policía.

Sólo tras el nombramiento de un nuevo equipo y la apertura de una profunda investigación en enero, la policía comenzó a investigar en detalle los documentos. Unas 170 personas fueron luego advertidas de que su teléfono había sido escuchado, entre ellas miembros de la familia real y políticos.

Pero fue un diario (The Guardian) y no la policía, el que verdaderamente destapó el escándalo el 4 de julio al revelar que NotW había pirateado en 2002 el teléfono de una adolescente desaparecida, Milly Dowler, quien luego fue hallada muerta.

Glenn Mulcaire llegó hasta borrar mensajes del teléfono celular de la adolescente para que hubiera espacio en la mensajería, con lo que dieron falsas esperanzas a la familia y afectaron el trabajo de la policía.

Scotland Yard dijo que no había restado valor al caso de las escuchas telefónicas, sino que concentró su acción en la lucha antiterrorista tras los atentados de julio de 2005 en Londres, que causaron 52 muertos.

Pero otras acusaciones, esta vez de corrupción, pueden ser más difíciles de justificar: emails del News of the World prueban que policías-informantes fueron pagados en 2003 y 2007, fecha en que Andy Coulson dirigía la redacción, antes de convertirse en consejero de comunicación del primer ministro David Cameron, puesto al que renunció en enero.