Que a las empresas fabricantes de videojuegos no les gustan nada las tiendas de segunda mano o que los usuarios compartan sus títulos, no es ningún secreto: cada juego revendido o compartido es una venta menos de uno nuevo, por lo que hace años circulan rumores e incluso discretos experimentos (fallidos) de sistemas para asegurarse de que cada juego sea usado sólo por su propietario original.

Sin embargo, este jueves se confirmó que Sony volverá a la carga en la idea mediante su PSN Pass, un código que, tras habilitarse en línea, sólo permitirá a quien lo registre acceder a ciertas funciones del producto, como las salas multijugador.

La información fue publicada por el portal ALT1040, destacando que Sony comenzará su uso con Resistance 3 para la PS3 en septiembre próximo. De esta forma, sólo quien haya validado el código en Internet podrá utilizar todas las funciones del juego.

Pero Sony no es la única en valerse de artilugios para evitar que un juego pueda ser prestado o revendido. A fines de junio, el blog Vida Extra daba a conocer que el juego de Capcom “Resident Evil: The Mercenaries 3D” para la consola portátil 3DS de Nintendo no permite eliminar las partidas guardadas.

De esta forma, si el usuario decide vender su cartucho o prestarlo -e incluso si desea comenzar de nuevo la aventura- se verá impedido de hacerlo, de forma similar a que un libro impidiera volver atrás sus páginas una vez leídas.

La estrategia causó tanta molestia que los propios usuarios ya idearon un adaptador para borrar artesanalmente la memoria del juego, lo que sin embargo no quita preocupación a la posibilidad de que otros títulos para la 3DS comiencen a usar el mismo sistema.