Con sus trajes oscuros, sus camisas almidonadas y sus corbatas desvaídas, los famosos “Salarymen” (empleados) japoneses no pueden vanagloriarse de estar a la última en moda.

Pero estos peones infatigables de la máquina económica nipona tuvieron que cambiar este miércoles su uniforme por camisetas (T-shirts) y zapatos deportivos para reducir el consumo de aire acondicionado en periodo de escasez energética debida a la catástrofe nuclear de Fukushima.

Japón introdujo en 2005 el sistema “Cool Biz” (trabajo con ropa ligera) que insta a los empleados a abandonar la chaqueta y la corbata entre el 1 de enero y final de octubre, para luchar contra el fuerte calor del verano y limitar las emisiones de gas de efecto invernadero.

Este año, Fukushima obliga, el ministro de Medio Ambiente Ryu Matsumoto adelantó la fecha del “Cool Biz” y decretó el “Super Cool Biz” a partir del 1 de junio, para reducir todavía más los gastos energéticos.

El objetivo es compensar la parada de varios reactores en el noreste del país, devastado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo.

Para el lanzamiento oficial de esta campaña excepcional, el gobierno organizó un desfile de moda el miércoles en Tokio, donde la temperatura era más bien fresca, y las reacciones no se hicieron esperar en la red social Twitter.

“Quítenle el traje a un salaryman y seguirá pareciendo un salaryman”, dice mister_tim.

“Japón lanza ‘Super Cool Biz’ para vestirse más ligero y ahorrar energía en la oficina. Pero la gente se queja de que hace demasiado frío. ¡Pues no tienen más que ponerse la maldita chaqueta!”, ironizó Kanetaka Maki, investigador en una universidad.

Desde el 11 de marzo, la producción de electricidad ha caído en la región de Tokio donde viven y trabajan unos 35 millones de personas.

Las luces de las vitrinas se redujeron en la noche, los baños ya no están temperados y los pasillos de los edificios de oficinas solo encienden una bombilla de cada dos.

“Super Cool Biz” insta a las empresas y a los edificios públicos a que regulen la temperatura del aire acondicionado a 28 grados Celsius.

A cambio, los empleados están invitados a llevar jeans o pantalones de tela ligera, camisetas o polos. Sin embargo, los pantalones cortos y las chanclas no están autorizados.

El gobierno de la prefectura de Iwate, devastada por el tsunami, decidió que los jeans no están aceptados, para no “molestar” a los vistantes, informó la agencia de prensa Kyodo.

Pero los habitantes tienen la vida dura en Japón y se ignora si muchos “salarymen” osarán pasearse en mangas de camisa.

Cada verano, muchos son los empleados que esconden una corbata y una chaqueta en una bolsa y se las ponen cuando van a ver a clientes o entran en la oficina.

Al final de la primera campaña “Cool Biz” en octubre 2005, el ministerio del Medio Ambiente anunció el ahorro de 460.000 toneladas de CO2, el equivalente de las emisiones de un millón de hogares en un mes.