La serenidad con que Wayne, portador del sida desde 1986 enfrenta su enfermedad, contrasta con las lágrimas de Doug, que supo que tenía VIH hace un año. Sin embargo, los dos están unidos en Nueva york por la misma causa: evitar los recortes en los subsidios para la gente en su situación.

“Cuando supe que tenía sida fue devastador. Era incapaz de funcionar por mí mismo. Vine aquí hoy para sostener a la gente que vive y que trabaja conmigo”, dice Doug Collins, de 44 años, al pie de las escalinatas de la Alcaldía de Nueva York, donde se congregaron unos 200 trabajadores de redes sociales y enfermos de sida para defender esas ayudas.

“Me hace sentir que posiblemente el gobierno ya no me está reconociendo como un ser humano, que no entiende mi dolor”, agrega entre sollozos este hombre, que en referencia a los recortes previstos por la alcaldía en los subsidios al alojamiento y alimentos que otorga a quienes padecen sida.

Según las ONGs que trabajan en el campo, el alcalde Michael Bloomberg propone recortar en el presupuesto 2012 más de 5 millones de dólares de fondos dedicados a la red “Supportive housing”,que reúne a unas 200 ONGs del Estado de Nueva York que se ocupan de los sin techo.

Varias de esas ONGs de alojamiento solidario se dedican especialmente dar un techo, cuidado médico y atención a personas portadoras de sida.

“Hay 28.000 unidades del alojamiento solidario y 4.400 de ellas son en forma específica para personas con VIH”, explica la responsable de la red “Supportive Housing”, Nicole Branca.

Además, Bloomberg quiere dejar de aportar el casi millón de USD anuales que recibe el proyecto “Momentum”, que sirve unas 400.000 comidas anuales para enfermos de sida y sus familias y que ha estado en funcionamiento durante 25 años.

Si para Doug todo es reciente y la emoción lo quiebra, Wayne Starks, de 50 años y ex chofer de autobús portador desde 1986, se muestra firme desde su posición de trabajador voluntario en Vocal New York, una ONG que ayuda a personas con HIV que no tienen suficientes recursos.

“Recuerdo cuando no tenía techo; sin alojamiento solidario podría estar muerto. Recuerdo cuando tenía hambre; sin ‘Momentum’ hubiese estado hambriento. Ahora tengo casa y tengo comida en la heladera y trabajo como voluntario”, afirma.

“La gente con sida con hundió la economía. Wall Street lo hizo. ¿Por qué estamos siendo castigados por sus crímenes?”, pregunta Wayne, un veterano en la lucha por los derechos de quienes padecen esta enfermedad incurable que ha provocado 30 millones de muertos en el mundo y de cuyo descubrimiento se cumplen 30 años el 5 de junio.

De su lado, un administrador de “Momentum”, el nutricionista Jan Zimmerman, señaló que las propuestas del alcalde Bloomberg harán que “las hospitalizaciones, el aislamiento y la depresión aumenten”.

“Veremos un descenso claro de la gente que toma correctamente sus medicamentos para combatir el sida”, advirtió.

“Una nutrición adecuada llevaa rssultados positivos en términos de salud en todaslas enfermedades crónicas, pdero especialmente con el HIV”, agregó.

Entre los presentes en la protesta estuvo una miembro del comité de bienestar general del concejo municipal, Annabel Palma, quien denunció que “cualquier recorte en estos programas vitales podría poner literalmente vidas en riesgo”, según un comunicado.

Según cifras del Departamento de Salud de la Alcaldía de Nueva York unos 107.000 residentes eran portadores del sida a fines de 2010.