Numerosos egipcios se congratulan por el anuncio del futuro juicio del ex presidente Hosni Mubarak, derrocado por una revuelta popular, y consideran que es el triunfo de la justicia, pero hay otros que se compadecen por ver “humillado” al que fuera el hombre fuerte de Egipto durante treinta años.

“Estoy muy feliz por esta noticia, es una lección para los que vendrán después: el país no les pertenece, no pueden hacer lo que quieran impunemente”, afirmó Mohamed Guda, empleado de 31 años que sólo conoció a Hosni Mubarak como presidente.

“Puede que esté viejo (83 años), pero es un ladrón. En toda mi vida sólo conocí el soborno y el favoritismo”, prosiguió.

La lucha contra la corrupción endémica en Egipto era una de las principales exigencias de los militantes que iniciaron la revuelta el 25 de enero y que obligaron a Hosni Mubarak a dimitir el 11 de febrero.

La fiscalía egipcia anunció que el ex presidente y sus dos hijos, Alaa y Gamal, acusados de haberse enriquecido ilegalmente y de ser responsables de la muerte de manifestantes durante la revuelta, serían juzgados, lo que es una primicia en Egipto.

Mubarak se encuentra actualmente en el hospital de Sharm el Cheij, donde fue internado el 13 de abril después de un malestar cardiaco durante un interrogatorio.

“Está enfermo. ¿Y qué?. Nosotros también estamos enfermos sicológicamente, de lo que hizo durante 30 años”, comenta Neamat Salehedín, un fotógrafo que luce una insignia donde puede leerse “Egipcios contra la corrupción”.

“No es más que un acto de justicia. Tiene que dar cuentas y ser castigado como lo establece la ley para cualquier egipcio. Enfermo o no, no es poco lo que le hizo al pueblo”, comentó por su lado Mohammed Fawzi, un vendedor de frutas de 25 años.

Hay muchos que expresan su tremendo rencor hacia el ex presidente y sus hijos, descritos como “arrogantes” y “completamente separados del pueblo”, denunciando la pobreza en que viven millones de egipcios y la tremenda desigualdad en la repartición de las riquezas del país.

“Si debe ser ejecutado, que lo sea. La ley y la justicia deben ser las mismas para todos”, afirmó con determinación Ahmed al-Sayyed. En caso de ser declarado culpable, Mubarak podría ser condenado a muerte.

Dalia Fawzi y Aya Magdi, funcionarios de 24 y 22 años, de declaran “encantados” de que sea juzgado, aún cuando su punto de vista no siempre ha sido tan tajante.

Los dos hacen alusión al discurso que Mubarak pronunció el 10 de febrero, en la que muy afectado afirmaba haber hecho lo mejor para servir al país, antes de sufrir un malestar.

“Se mostró inteligente y supo utilizar las palabras que nos tocaron el corazón”, explicó Aya.

“Pero después, supimos la verdad. De hecho, destruyó el país, nuestras voces y nuestros sueños. Es por su culpa que somos subdesarrollados”, afirmó Dalia.

Sin embrago y a pesar de todo, hay algunos que declaran estar tristes por la caída del ex mandatario.

“Es tan humillante para él, después de todo es un anciano”, dice Sally Ahmed, una estudiante de liceo de 17 años.

“Que devuelva el dinero y que después lo dejen libre. ¿Qué puede hacer a las familias de los mártires si lo mandan a la prisión”, se cuestionó Ahmed Mahamed, un electricista, contrario a la “afrenta” que significaría el juicio contra Mubarak.

Según un balance oficial, 846 personas murieron y varios miles resultaron heridos durante la revuelta. La fecha del proceso podría ser fijada en los próximos días.