Flavio Rocha Dos Santos contó su verdad: El ciudadano brasileño, investigado por sustraer ilegalmente a sus hijos para salir con ellos del país, reconoció su error y pidió disculpas. Aseguró que extrañaba a sus hijos, desde que su esposa los trajera desde Brasil sin retornarlos al país carioca.

Cada noche que pasaba en prisión, Flavio Rocha Dos Santos dormía con la esperanza de ver al otro día a sus hijos, por quienes llegó en enero a
Chile para llevárselos consigo a Brasil, infligiendo la legislación chilena.

El Ingeniero Civil Informático y doctor de la Universidad de Barckeley
salió sonriente de la cárcel, tras estar cuatro meses privado de libertad,
asegurando que espera poco a poco que, a su juicio, la verdad se conozca y prevalezca, lo que sería un secuestro internacional por parte de la madre de sus hijos, tipología suscrita en la convención de La Haya.

El ciudadano brasileño reconoció que cometió un error al ejercer
autotutela. Eso sí, manifestó que al ver que por mecanismos legales no
podía hacer retornar a sus hijos, decidió viajar desde Brasil hasta Chile,
para devolverlos a Sao Paulo.

Flavio Rocha reconoció que dos meses antes de llegar a Chile, cuando se consuman los hechos investigados, ya había contactado a un ex marine norteamericano, que ofrecía los servicios de rescate de menores a través de una página web. Esto, porque en octubre del año pasado, su esposa le habría dicho que no volvería a Brasil con los niños.

Eso sí, reconoció que cuando vio que todo se escaba de las manos, decidió no pasar a la embajada de Brasil y seguir su rumbo al norte para salir del país junto a sus hijos, motivado principalmente por lo que
aparecía en las noticias, en donde se contaba que era intensamente buscado por la policía.

El ciudadano brasileño pidió a todas las personas que tienen hijos, sean padres o madres, que hagan un esfuerzo para pensar que pasaría si, por algún motivo familiar o conflicto de pareja, uno de ellos se va con los hijos. Rocha dijo que para él es una situación muy difícil y con un componente emocional muy importante, en donde se debe tener respeto por las leyes chilenas, pero también de la convención de La Haya, que le podría dar la razón en este caso al padre de los niños;pero todo en un proceso que él espera sea amigable.