Un policía católico de 25 años murió este sábado al estallar su coche, en donde le habían escondido una bomba, delante de su domicilio en Omagh, a un centenar de kilómetros al oeste de Belfast en Irlanda del Norte, indicó la policía.

“Un hombre murió en una explosión en Omagh”, declaró una portavoz de la policía norirlandesa. “Un artefacto estalló debajo del vehículo de esta persona de 25 años” poco antes de las 16H00 (15H00 GMT), agregó.

Poco antes un responsable local había anunciado a la AFP el fallecimiento de un policía. El agente, de confesión católica, había terminado su formación tres semana antes, según esta fuente.

“Una bomba fue depositada debajo del vehículo del joven policía católico, que integró recientemente los servicios de la policía en Irlanda del Norte”, declaró un diputado británico local, Jeffrey Donaldson, interrogado por el canal de televisión británico Sky News.

De momento ningún grupo o formación reivindicó el ataque.

Esta es la segunda víctima fatal de la fuerza policial de Irlanda del Norte desde que ésta reemplazó en 2001 a la Policía Real del Ulster (Royal Ulster Constabulary). El otro policía murió en Irlanda del Norte en 2009.

Omagh ya fue el teatro del ataque más letal durante el conflicto norirlandés. El 15 de agosto de 1998, 29 personas habían muerto en un atentado con coche bomba reivindicado por el Ejército Revolucionario Irlandés (IRA) Auténtico, opuesto al proceso de paz.

El ataque del sábado se produce tras la disolución, la semana pasada, de la Asamblea del Ulster de cara a las elecciones locales previstas el 5 de mayo.

El primer ministro de la República de Irlanda, Enda Kenny, reaccionó acusando a los responsables de este atentado de “querer llevarnos hacia los sufrimientos y dolores del pasado”.

“Deben saber que no podrán jamás ganar rechazando la voluntad democrática del pueblo”, agregó.

La provincia británica de Irlanda del Norte (Ulster) fue el teatro durante unos 30 años de violencia política entre separatistas católicos y protestantes unionistas, que dejaron más de 3.500 muertos y terminaron con el acuerdo del Viernes Santo de abril de 1998.

El Ejército Republicano Irlandés (IRA), histórico brazo armado de la causa republicana, renunció a la violencia, pero grupos disidentes continúan abogando por ella. Unos 30 atentados o intentos de atentados golpearon al Ulster el año pasado, todos atribuidos a disidentes del IRA, sin que se lamentaran muertes.

Interrogado por el canal de televisión británico Sky News este sábado, un diputado local, Jeffrey Donaldson, afirmó que “los republicanos disidentes intensificaron recientemente sus actividades”.