Illinois se convirtió el miércoles en el decimosexto estado estadounidense que abandona la pena de muerte, anunció la oficina del gobernador de esta región del norte de Estados Unidos, feudo del presidente Barack Obama.

El parlamento de Illinois adoptó en enero la abolición de la pena de muerte, pero no se sabía si el gobernador Pat Quinn la ratificaría porque se había pronunciado antes a favor de esta medida.

“Nuestro sistema de pena capital está intrínsecamente lleno de errores”, consideró el gobernador en un comunicado.

Illinois tiene una agitada historia reciente sobre el tema, que se saldó en 2003 con la conmutación a cadena perpetua de todas las penas de muerte, decidida por el entonces gobernador republicano George Ryan tras tres años de moratoria.

El debate comenzó en 1999 cuando estudiantes de la universidad Northwestern consiguieron probar la inocencia de un condenado a muerte en el estado.

“No podemos tolerar la ejecución de inocentes, porque esto hipoteca la legitimidad misma del gobierno” de Illinois, dijo Quinn a la prensa en Chicago.

Actualmente hay 15 condenados en el corredor de la muerte de este estado, donde no se ha ejecutado a nadie desde 1999.