Nasser Al-Attiyah no pierde la sonrisa/ Imagen: Hans Hott

Nasser Al-Attiyah no pierde la sonrisa/ Imagen: Hans Hott



Experto tirador que incluso participó en los Juegos Olímpicos, entró en la historia como el primer conductor en ganar dos campeonatos de la FIA en el mismo año, entre otros logros tras el volante.

Hoy, El qatarí Nasser Saleh Al Attiyah, de 40 años, es una de las figuras del Dakar Argentina Chile 2011.

Pese a que desde muy joven mostró su talento como piloto, especialmente en la modalidad de raids o rallies todo terreno, no siempre lo ha tenido fácil en el mundo del motor. Debutó en 1989 pero durante siete años tuvo que posponer su pasión por las cuatro ruedas porque el presidente de la Federación de Automovilismo de Qatar pertenecía a una familia rival de los Al Attiyah y promocionó a otros pilotos en desmedro de él. Esta situación le hizo optar por el tiro olímpico, que le llevó a Atlanta’96, Sydney’00 (6°) y Atenas’04, donde se quedó a las puertas de subir al podio.

Miembro de la familia real de Catar, extrovertido, millonario y endiabladamente rápido cuando se coloca detrás de un volante. La tarjeta de presentación de Nasser Al-Attiyah, de 40 años, no deja a nadie indiferente. Actualmente, el piloto que ha arrebatado a Carlos Sainz el liderato de la prueba automovilística por etapas más importante del mundo tiene además otras facetas tan sorprendentes como poco conocidas: es un gran jinete, ha sido tirador de carabina en cuatro ediciones de los Juegos Olímpicos y colabora con Qatar Foundation, la empresa que ha firmado un contrato de patrocinio millonario con el Barcelona.

Dicen los que le conocen que es difícil que Al-Attiyah pierda la sonrisa. Obvio, Al-Attiyah tiene la vida resuelta sin necesidad de vencer el Dakar -participa en un conglomerado financiero familiar que engloba a una cuarentena de compañías-, aunque seguro que el título le procura una satisfacción muy superior a la de cualquiera de sus negocios. Al fin y al cabo entra dentro de lo probable que entre la realeza catarí se valore más el petróleo que la sangre azul.

Fuente: eldiariomontanes.com