Uno de los dos mineros cuyos cuerpos fueron hallados el miércoles en un yacimiento del suroeste de Ecuador, murió poco antes de ser encontrado, tras haber sobrevivido seis días a 150 metros de profundidad, según la autopsia conocida este jueves.

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Ángel Vera, de 29 años, falleció dos horas y media antes de la necropsia, que se inició a las 21.30 horas locales del miércoles, señaló el informe del médico legista René Ortega, al que tuvo acceso la AFP.

El otro minero, Pedro Mendoza, de 28 años, había muerto 30 horas antes de la autopsia que se realizó simultáneamente con la de Vera en la morgue del hospital de Zaruma, poblado vecino de Portovelo, donde se ubica la mina aurífera Casa Negra, en la que ocurrió el derrumbe que mató en total a cuatro obreros.

En ambos casos la causa de la muerte fue “asfixia mecánica por confinamiento”, indican los reportes, señalando que la diferencia de tiempo de muerte se debió a que Vera estaba en mejores condiciones físicas y de salud.

Según los forenses, la cámara donde se encontraban encerrados los trabajadores se quedó sin oxígeno, lo que les provocó un colapso al comprimírseles los pulmones.

Los dos fueron encontrados desnudos, pues las personas que sufren asfixia suelen quitarse la ropa, y presentaban rasguños, agregaron los informes, detallando que Mendoza tenía además una fractura de tabique.

Los otros dos mineros, el ecuatoriano Walter Vera -hermano de Angel- y el peruano Paúl Aguirre, fueron hallados el sábado y su deceso se produjo por ahogamiento a raíz de la avalancha, según los legistas.

Hasta el último momento las autoridades y familiares se habían aferrado a la idea de rescatar con vida a Mendoza y Angel Vera, dado que según los técnicos tenían oxígeno hasta el miércoles.