La fuerte apreciación del yen exigida con insistencia por muchos responsables norteamericanos y europeos provocaría el cierre de fábricas y despidos masivos en China, según expertos que dan la razón al primer ministro chino Wen Jiabao.

En Estados Unidos, ciertos parlamentarios consideran que la moneda china está infravalorada entre 20 y 40%, lo que da una ventaja competitiva injusta a los productos chinos en el mercado norteamericano.

“Si el renminbi (nombre oficial del yuan) es apreciado de ese modo en forma rápida o en algunos meses, la mayoría de las empresas que trabajan en el sector de las exportaciones perderán sus mercados”, afirmó el economista Lu Ting, de Bank of America-Merrill Lynch en Hong Kong.

Según este experto, “no es razonable para ningún país reevaluar de golpe su moneda en tan poco tiempo, salvo si se encuentra en una situación verdaderamente insostenible”.

En junio, China pareció ceder a las presiones internacionales al volver a aplicar un pequeño margen de fluctuación para el yuan, de más o menos 0,5% en torno al precio fijado a diario por su banco central.

Pero desde entonces la moneda chica apenas se apreció un 2%, por lo que se han multiplicado los llamamientos desde Estados Unidos y Europa para exigir un yuan más fuerte.

La Cámara de Representantes del Congreso norteamericano adoptó en septiembre un proyecto de ley en el que acusa a Pekín de manipular su moneda y prevé tarifas aduaneras punitivas contra los productos chinos en Estados Unidos, en caso de ser adoptado por el Senado y firmado por el presidente Barack Obama.

Pero la semana pasada en Bruselas, Wen Jiabao explicó a los europeos que muchos exportadores chinos tenían márgenes muy justos de 2 a 3%, y pidió a los dirigentes europeos no sumarse a los detractores norteamericanos de China.

“Digo a los dirigentes europeos: no se sumen al coro que hace presión (sobre China) para une apreciación del yuan”, declaró el jefe de gobierno chino.

“Si el yuan se apreciara entre 20% y 40%, llevaría a muchas empresas chinas a la quiebra, dejando gente en el desempleo y creando conflictos sociales”, estimó Lu Ting.

Ian Sloan, economista del Massachusetts Institute of Technology, estima por su parte que la legitimidad del Partido Comunista chino reposa sobre una crecimiento económico rápido, que no resistiría una reevaluación inmediata del yen.

Actualmente, el apoyo acordado por el Estado a los bancos y a ciertas industrias, así como el nivel del yuan, aseguran este crecimiento pero “a largo plazo no es seguro que esas medidas garanticen la estabilidad social”, según este analista.

El llamamiento de Wen fue un baldazo de agua fría para los europeos, que esperaban en cambio un gesto de Pekín con el yuan en plena guerra de las monedas, ya que varios países, entre ellos Japón, intervinieron para hacer bajar sus divisas.

“Todo el mundo es culpable, no solo China”, señala el economista Tao Dong, del Crédit Suisse en Hong Kong.

Para este analista, los aumentos del salario mínimo decididos este año en China van a aumentar los costos de producción y la demanda de productos importados, lo que “tendrá el mismo efecto que apreciar la moneda”.