Un ambiente de total alegría reina en el campamento Esperanza, a las afueras de la mina San José, tras conocerse la noticia de que la máquina T-130, constituyente del Plan B, logró hacer contacto con los mineros atrapados y abrir las puertas a su rescate.

Mina San José | Radio Bío-Bío

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Vítores, bocinazos, abrazos y lágrimas de emoción fue la tónica que embargó desde rescatistas a los familiares de los trabajadores, desde que se conociera la noticia poco después de las 5 de la madrugada, siendo ratificada oficialmente por el ministro Golborne a las 8 de la mañana.

Muchos de ellos corrieron hasta la punta del cerro donde está la mina y se erigen 32 banderas chilenas y una boliviana, para representar a las nacionalidades de los mineros atrapados desde el 5 de agosto pasado.

“Esto es muy fuerte, es un sentimiento muy grande. Me imagino lo que debe estar sintiendo mi hermano allá adentro”, comentó a la agencia AFP entre lágrimas Gastón Henríquez, hermano de uno de los mineros, que aguarda por él en las afueras del yacimiento.

“Estamos muy felices, porque estos dos meses hemos sufridos mucho. Esperamos ahora que salgan luego arriba para poder abrazarlos y traerlos a casa”, comentó también a la AFP Wilson Ávalos, que tiene a dos de sus hermanos enterrados en la mina San José.

La emoción también provocó algunos gestos notables individuales, como el de un maestro de escuela que con una campana estuvo anunciando que llegó “la hora de salir” para los mineros. Igualmente, un payaso -el payaso Roly- que se convirtió en un querido personaje del campamento, se abrazaba con los Carabineros en el acceso a las faenas.