El psiquiatra jefe de la Unidad de Trauma de la Red Salud de la Universidad Católica, Rodrigo Figueroa, afirmó que los 33 mineros atrapados en la mina San José, así como todos los seres humanos biológicamente están preparados “para adaptarse a la adversidad”, y la mayoría que “vive experiencias dolorosas o dramáticas logran sobreponerse e incluso crecer”.

“Es importante que se mantengan los mismos principios con los que se ha estado trabajando hasta ahora, que están avalados por la literatura científica y que permiten promover la resiliencia individual y colectiva”, dijo.

Añadió que hay que facilitar el contacto y comunicación entre los seres queridos y mantener una realista noción de esperanza si corresponde.

“Todo esto puede parecer simple, pero proveerlo en un escenario de emergencia no es un trabajo fácil. Se requieren encargados, tareas, organización, coordinación, disciplina y claridad respecto a lo que se va a hacer y especialmente lo que no se va a hacer. Mi impresión es que la respuesta psicosocial en esta oportunidad ha sido muy adecuada”, expresó el doctor.

Sostuvo que la mayoría de los mineros afectados no requiere contención psicológica explícita.

“En quienes la requieren, la escucha activa, las técnicas de integración cerebral como ‘el abrazo de la mariposa’ y el uso de tranquilizantes por períodos breves son las técnicas más utilizadas. Es importante decir que inducir la ventilación emocional de los afectados, pidiéndoles que ‘echen para afuera’ sus sentimientos en forma indiscriminada, no sólo no sirve para calmarlos sino que puede agravar las secuelas psicológicas de largo plazo. Técnicas como debriefing están contraindicadas en la literatura actualizada de manejo psicosocial en desastres”, expresó Figueroa.

“La principal enseñanza que a mí me deja esta emergencia es cómo cuando se provee información veraz, sincera, objetiva y actualizada a los familiares, la comunidad responde en forma razonablemente ordenada, sin desborde”, afirmó el psiquiatra.

Agregó que las medidas de mayor impacto psicológico en una emergencia no son de naturaleza psicoterapéutica ni clínica sino psicosocial.