Isla de Pascua

Christian Córdova en Flickr

La Isla de Pascua aguarda la llegada de entre 3.000 y 4.000 visitantes para el eclipse de Sol del 11 de julio, cifra que duplicará el número de habitantes en este territorio chileno, donde los pobladores se preparan para lo que perciben como una oportunidad económica.

Se espera que durante la semana del eclipse se “doble la población y llegue a entre 7 y 8 mil personas”, dijo este lunes a la AFP Leo Pakarati, integrante de la corporación cultural de la isla.

“Los grandes hoteles ya están completos, no así los pequeños hoteles, ni las casas de familia y residencias donde reciben pocas personas”, añadió el también director del canal de televisión “Mata o te Rapa Nui”, que estimó el gasto medio diario por visitante en 200 dólares, dependiendo de donde se alojen.

Según estas cifras, los ingresos por el turismo en ese periodo podrían variar entre 600.000 y 800.000 dólares diarios.

Algunos de los visitantes, especialmente del ámbito científico, hicieron sus reservas hace más de un año.

La Isla de Pascua, situada en el océano Pacífico 3.500 km al oeste de la costa continental chilena y a 4.050 km de Tahití, tiene unos 4.000 habitantes, en su mayoría de la etnia Rapa Nui, de origen polinesio, repartidos en 160 km2.

El eclipse del 11 de julio oscurecerá durante 4 minutos y 45 segundos la parte oriental de la Polinesia, donde está ubicada la isla.

Debido a su pequeña superficie y las limitaciones energéticas y de recursos de los que dispone, los nativos buscan establecer una ley de migración que frene la instalación de foráneos en el territorio y controle la entrada de turistas.

Aunque para Pakarati, “la gente en general percibe el eclipse como una oportunidad más que como un problema”.

“Lo que en general la gente persigue, que no le cae mal, es la posibilidad de generar algún recurso que no estaba contemplado en la cuenta del año”, explica.

“Lo que hay es un límite natural de camas, una capacidad de recibir gente que no se puede sobrepasar”, añade.

“Lo que estamos peleando hace rato es una ley de migración para la isla, para tratar de evitar que personas se vengan a vivir acá, que tiene que ver justamente con el tema ecológico: no hay agua para todo el mundo, no hay terrenos para que la gente se instale, no hay donde dejar la basura que se genera. Ese es nuestro problema de fondo”, sentencia.

Sin embargo, el historiador de comunidades originarias Luis Carlos Parentini, de la Universidad Católica de Chile, estima que esta masiva llegada de visitantes no es tan apreciada por los pobladores de la isla.

“Los Rapa Nui no están conformes con que llegue tanta gente, ellos prefieren que lleguen pocos turistas pero más de élite, gente de mayores recursos y que sean más amigos de su sistema de vida, sus costumbres”, detalla el profesor.

Los eclipses tenían en la antigüedad “una connotación sumamente importante, dado que eran sus dioses los que les estaban entregando información (a los pueblos indígenas), que era interpretada por los chamanes, por los sacerdotes, en forma distinta de acuerdo a si era un eclipse de Luna o un eclipse de Sol”, añade.

Cuando el Sol se oscurecía era muy probable que los pueblos indígenas lo interpretaran como que el astro sentía que el pueblo era poco agradecido con él y exigía sacrificios, explica el profesor.

Mientras que cuando el eclipse “era de Luna por lo general tenía que ver más con la relación con la Madre Tierra, que requería mayores preocupaciones y mayores sacrificios”, añade.