La sonda marciana Phoenix está muerta sin esperanzas de resucitar, tras haber sucumbido a los rigores invernales del planeta rojo, informó la Nasa, que no ha podido retomar contacto con la nave.

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La agencia espacial estadounidense había anunciado oficialmente el fin de la misión de Phoenix en noviembre de 2008, luego que la sonda dejara de comunicarse con la Tierra.

Sin embargo, la Nasa mantenía ciertas esperanzas de que los paneles solares y las baterías pudieran haber sobrevivido al largo invierno en el círculo polar marciano, para revivir con la nueva llegada del sol.

Phoenix se mantuvo vigente durante cinco meses, mucho más que los 90 días planeados inicialmente, y permitió confirmar la presencia de hielo en el planeta.