Un padre es capaz de hacer las cosas más inimaginables por cuidar de sus hijos. Sin embargo, en el caso de este hombre, no deja de generar debate la decisión de amarrar a su pequeño hijo de 2 años a un poste mientras trabaja.

Imagen: Changshanotes

Los hechos quedaron documentados en el centro de Pekín cuando el lente del fotógrafo Han Meng se fijó en un pequeño chinito llamado Lao Lu quien, a pleno sol, estaba amarrado de pies a un poste por medio de unas cadenas selladas con un candado.

Extrañado, el fotógrafo se propuso descubrir la historia detrás del, aparentemente, macabro hecho hasta que escuchó la historia de vida del padre del menor, Chen Chuanliu, y pensó que no era tan descabellada como pensaba.

Desde que Chuanliu es un trabajador migrante le es imposible recibir alguna ayuda del Estado, razón que le impide inscribir a su hijo en una guardería mientras labura. Sumado a esta situación, la madre del menor recolecta basura de la orilla del río cuando puede y, además, es discapacitada por lo que hacerse cargo de su bebé sin la presencia de otros se transforma en una difícil tarea.

Pero ¿cómo se puede explicar una acción tan irracional de parte del padre? un mes antes de tomadas estas fotografías la pequeña hija de Chuanliu fue secuestrada y se transformó en uno de los cientos de niños que desaparecen diariamente en China. Traumado, el joven padre no quiso volver a pasar lo mismo por lo que tomó las drásticas medidas de protección.

En sus palabras, “mi esposa no puede cuidar de él y yo debo trabajar para sostener a mi familia. Por eso lo encadeno cuando debo hacer mis diligencias” y continuó su desgarrador relato diciendo que “ni siquiera tengo una foto de mi hija para usarla como poster de personas desaparecidas. No puedo además perder a mi hijo”, informaron en Changsha Notes.

Claro que, sin importar su tragedia y pobreza, Chuanliu nunca ha dejado de amar a su hijo pese a que le hayan ofrecido cuantiosas sumas de dinero para darlo en adopción y cree que sus medidas evitan que su hijo sea raptado.

Con todas estas razones, cuesta formarse una opinión categórica respecto de la decisión de Chanliu ¿Será correcto? ¿habrá alguna otra solución a su problema? O ¿será razonable en un país como China donde en cada esquina hay un posible captor de menores, sumado al miedo de haber perdido a su hija? Juzgue usted.

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