Investigadores del Programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la U. de Chile analizaron muestras de deposiciones en más de 100 niños de hasta un año de edad hallando que el 10% de ellos tenía, al menos, un test ELISA positivo para Helicobacter pylori, bacteria responsable de gran parte de las úlceras y gastritis que afectan al ser humano y que en la adultez desencadenaría el cáncer gástrico.

Helicobacter pylori | Wikipedia

Helicobacter pylori | Wikipedia

Asimismo, el estudio reveló que del 10% la mitad presentaba una muestra aislada positiva, mientras que en el otro 5% era permanente.

“Identificamos dos poblaciones de niños: aquellos que se infectaban en forma transitoria y los que seguían afectados de manera persistente. Este fue un hallazgo a nivel mundial relevante si se considera que se está trabajando en la generación de una vacuna contra este microorganismo”, explicó el doctor Miguel O’Ryan, director del Programa de Microbiología y Micología.

El médico y profesor titular de la U. de Chile se adjudicó en el último concurso Fondecyt Regular un proyecto que se iniciará este año para estudiar la colonización de H. pylori en los primeros tres años de vida, revisando para ello los factores bacterianos y al hospedero (en este caso el niño).

“Las enfermedades infecciosas deben analizarse en forma integral, es decir, no basta con examinar el agente que produce la patología, sino también hay que estudiar al hospedero y su comportamiento específico, que dependerá de múltiples aspectos”, dijo.

El académico explica que los especialistas tienen que conocer la dinámica de la infección a nivel global que depende de las condiciones en que viven las personas. No hay que olvidar que a mayor hacinamiento e insalubridad existen más posibilidades de contraer esta bacteria asociada a fecalismo.

“Hay países en que el 30% o 40% de los niños se han infectado al menos una vez durante los primeros dos años de vida, mientras que en otros la cifra no supera el 5%”, comentó O’Ryan.

Además, explicó, la bacteria tiene múltiples proteínas y estructuras que deben ser estudiadas en conjunto con las características del hospedero.

“Haremos amplificación génica de las muestras recopiladas en las deposiciones para ver los factores de virulencia y así determinar si éstos se asocian o no a infecciones persistentes o transitorias”, resalta.