Un millón de litros de vino se perdieron a causa del terremoto en la zona del Valle del Itata, donde un 90% de las bodegas vitivinícolas presenta daño severo. Los viñateros piden con urgencia al gobierno un programa de reconstrucción.

Muy cerca de la zona del epicentro en la provincia de Ñuble, miles de hectáreas de plantaciones de uva esperaban ser cosechadas en una temporada que ya se vislumbraba difícil por el bajo precio que los productores están recibiendo por kilo de uva.

El terremoto dejó en el suelo prácticamente todas las bodegas destinadas a esta actividad productiva, porque en Ránquil, Florida, Portezuelo, San Nicolás, Quillón, Trehuaco, Ninhue, Coelemu y Tomé, estas construcciones son de adobe y tejas.

Reunidos de emergencia por la situación que enfrentan, los viñateros estiman que si logran recoger escombros antes de la vendimia sería un éxito, pero el panorama no es nada de alentador, según indica Víctor Rabanal, presidente de la Red del Vino en la Región del Bío-Bío.

Los viñateros elaboraron una propuesta para las autoridades del agro, la intendenta y gobernadores, en que plantean agilizar la entrega de un bono de emergencia, porque la proximidad de la vendimia, con muchas bodegas de vinificación sin techo afectará la fermentación, conservación y guarda del vino.

Piden también la congelación de intereses y prórroga de fechas de pago de este año hasta la temporada 2011, y no de 60 días como lo manifestó la autoridad, considerando que la banca privada dio una prórroga de 6 meses con congelación de intereses.

Estiman urgente implementar un programa de reconstrucción de lo dañado y considerar en esto la conservación del patrimonio cultural y arquitectónico principalmente en el Valle del Itata.