El médico de Michael Jackson, Conrad Murray, se declaró no culpable este lunes tras ser acusado de homicidio sin premeditación en relación a la muerte de la estrella del pop el año pasado.

Su declaración fue presentada por el abogado defensor de Murray en una repleta corte en la zona del aeropuerto de Los Angeles.

Jackson murió el 25 de junio a los 50 años en Los Angeles, tras una sobredosis de medicamentos y una intoxicación con el anestésico propofol. Su fallecimiento fue constatado veinte minutos después de recibir la inyección de propofol, mientras el doctor Murray se había ausentado unos minutos.

El doctor Murray siempre reconoció que había administrado propofol a Michael Jackson, poco antes de su muerte. Pero, según él, se debió al insistente pedido del músico, que lo utilizaba como somnífero.

Según sus propias declaraciones a la Policía, Conrad Murray se dio cuenta al regresar a la habitación de que el cantante no respiraba, pero demoró más de una hora en llamar a los servicios de emergencia.

Había sido contratado como médico personal de Michael Jackson en mayo de 2009, un mes antes de su muerte, el 25 de junio. El ícono de la música pop preparaba entonces su gran regreso a los escenarios con la gira “This is it!”.