Microsoft lanzó en 2015 su nuevo Windows 10, el que llegó como una actualización importante para su antecesor, Windows 8.

El tema es que la estrategia de arribo fue bastante criticada, ya que a pesar de que el usuario no lo quisiera, el sistema igual descargaría la actualización con el nuevo sistema.

Para la gigante tecnológica, no había tanto problemas porque igual la instalación sería con un click de aceptación del usuario, es decir, previa consulta. Pero eso sí supuso problemas y a varios.

Fue el caso de una mujer de California (EEUU), Teri Goldstein, que aparentemente por accidente permitió instalar Windows 10 y con ello echar a perder su equipo, que constantemente se reiniciaba, siendo inservible para ella.

El problema radicó en que el equipo de Goldstein era el de su empresa de viajes, por lo que sí causó gran daño. A pesar de insistir en llamadas al servicio técnico de Windows, no hubo respuesta por lo que los llevó a la justicia.

Según reportó The Seattle Times, algunas malas prácticas realizó Windows, como que el contrato de aceptación del nuevo sistema sea un “x”, que muchos usuarios tienen asociado a la cancelación de un proceso, cosa que en este caso era contrario.

Así las cosas, Microsoft no quiso seguir con el juicio, por lo que acordó con la demandante la solución de un pago de 10 mil dólares, uno 6,7 millones de pesos chilenos, que le servirán demás para comprar un nuevo computador.