El avión Solar Impulse 2 recorrió hasta la noche de este martes la mitad de su viaje a través del Atlántico, en la etapa 15 de su vuelta al mundo que debe conducirlo a Sevilla, en España, con el sol como único combustible.

“!@bertrandpiccard ha atravesado la mitad del Atlántico! Gran éxito, es un vuelo desgastante para #Si2”, tuitéo Solar Impulse mientras el aparato iniciaba su segunda noche sobre el Atlántico, en el marco de una travesía que se extenderá a lo largo de cien horas.

El avión transportar a un piloto, el suizo Bertrand Piccard, de 58 años, y a su compatriota André Borschberg, de 63.

El Solar Impulse 2 inició su vuelo el lunes en el aeropuerto John F. Kennedy en Nueva York a las 02H30 locales, atravesó primeramente la costa este de Estados Unidos y Nueva Escocia, en Canadá, y recorrió más de 3.300 kms en 40 horas. Durante la noche vuela gracias a la energía solar almacenada a lo largo del día.

“El Atlántico es un rito de paso”, comentó en Twitter Bertrand Piccard, a quien se puede ver conducir el aparato en directo en Internet.

“No me van a creer, pero a mi derecha veo un iceberg en el océano Atlántico. ¡Miren!”, había relatado Piccard más temprano, en el blog de los dos pilotos del Solar Impulse 2, Piccard y su compatriota André Borschberg.

En su primera jornada sobre el Atlántico, Piccard vio ballenas saltando sobre el agua debajo de su avión y una maravillosa luna llena por la noche, entre otrs cosas.

No más pesado que un automóvil y con una envergadura de 72 metros similar a un Jumbo 747, el avión surca los cielos a una velocidad que generalmente no excede los 50 km/h, pero que puede duplicarse con una exposición directa al sol.

Su poco peso (1,5 toneladas) hace al Solar Impulse 2 muy sensible a las turbulencias.

Solar Impulse 2 realiza su vuelta al mundo de 35.40Solar Impulse 0 kilómetros en etapas, Piccard y Borschberg se turnan para volar a este monoplaza de cuatro hélices.

En su etapa más larga, el Solar Impulse 2 voló 118 horas desde de Nagoya, en Japón, hasta el archipiélago estadounidense de Hawái.

Le correspondió a André Borschberg pilotear en esa larga etapa de 6.437 kilómetros sobre el Pacífico occidental, en la que se batió el récord del vuelo ininterrumpido más largo de la historia.