Viajes, cuerpos tonificados, platos gourmet; son algunos de los elementos que más “me gusta” consiguen en Instagram. Pues, esta red ha logrado reforzar o crear estereotipos sobre el éxito y la popularidad, influenciando a millones de usuarios.

Sin embargo, otra parte de los influencers de la red social se han esforzado por desmentir estos modelos y mostrar la realidad detrás de la “perfección” de las imágenes.

Primero fueron algunas blogueras fitness que, por el mismo medio, mostraron que sus cuerpos no eran tan tonificados como se veían en las fotos y que en realidad no se sentían tan felices con ello.

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Ahora es el turno de Carolyn Stirch. Una instagrammer inglesa de 32 años que se popularizó en Instagram al publicar fotos de sus viajes y su decorado hogar.

La mujer decidió hacer un experimento social en su propia cuenta y engañó a sus cerca de 200 mil seguidores por un par de días. “Hackié mi propia cuenta de Instagram”, escribió la mujer en su blog. Y en efecto, así fue.

Tal como relata Stirch, la usuaria -quien también se encuentra estudiando fotografía- decidió tomarse una foto y “rejuvenecer” su rostro para luego inventar una historia.

En la imagen, aparece la fotógrafa sujetando una taza de té, en la que dice: “¡Mañana voy a cumplir 22! Me estoy cumpliendo un capricho con un viaje a Caliornia: me voy a Disneyland”. “Me acostaré temprano. Voy a volar mañana y volveré a casa el lunes. Será mi propio cuento de hadas”, escribió… comenzando un relato totalmente falso.

Como era de esperar, su publicación se llenó de “me gusta” y elogios. Más aún cuando la artista compartió una imagen frente al castillo de la Bella Durmiente de Disneyland en la que aparece de espaldas.

Sin embargo, al siguiente día de esas imágenes decidió revelar la verdad. En una entrada de su blog explicó que realizó este experimento social para demostrar que “no se debe creer todo lo que ves en Instagram”.

En la publicación, citó el libro de Will Storr llamado Selfie: Cómo nos volvimos tan auto-obsesionados y lo que nos está haciendo.

“Vivimos en la edad del individuo. Se supone que somos delgados, prósperos, felices, extrovertidos y populares. Esta es la imagen de nuestra cultura del yo perfecto. Vemos a esta persona en todas partes: en publicidad, en la prensa, en las redes sociales. Nos dicen que para ser esta persona solo tienes que seguir tus sueños, que nuestro potencial es ilimitado, que somos la fuente de nuestro propio éxito”, escribió.

Y agregó: “Pero este modelo del yo perfecto puede ser extremadamente peligroso. La gente sufre bajo la tortura de esta fantasía imposible. La presión social sin precedentes está provocando aumentos en la depresión y el suicidio. ¿De dónde viene este ideal? ¿Por qué es tan poderoso? ¿Hay alguna forma de romper su hechizo?”.


(Haz clic en la imagen para ver el video).

Finalmente, señaló que espera que su proyecto ayude a generar conciencia a quienes se sienten presionados por lograr encajar en estos moldes generados por las redes sociales.