Advertencia de imágenes explícitas
¡Cuidado! Las imágenes de este artículo pueden herir la sensibilidad de algunas personas.

Hace tres días les contábamos en BioBioChile sobre el caso de un argentino de 18 años que terminó con severas lesiones, luego de ser atacado por un grupo de personas que pensaron que era chileno.

El joven Fabio, que nació en Mendoza y reside en Chile desde hace 16 años, resultó, incluso, con su rostro desfigurado.

Lee también: Creyeron que era chileno: joven mendocino fue brutalmente golpeado en Argentina

La brutal agresión habría ocurrido en la localidad de San Carlos (Mendoza) hasta donde llegaron para celebrar su cumpleaños número 18 junto a sus primos.

Juan José Bustos, padre de la víctima, explicó que “los chicos que estaban allí, le dijeron cosas como: ‘así que sos chileno, vos te la aguantas’, y alguien lo golpeó y cuando cayó al suelo empezaron a darle patadas en la cabeza. Él perdió el conocimiento. No se acuerda más nada, hasta que despertó en el hospital”.

Facebook
Facebook

Esta vez, fue la madre del joven, Patricia Pérez, quien decidió emitir declaraciones a través de un carta publicada en las redes sociales del medio argentino C5N, donde explicó su situación y envió sentidas palabras a los agresores.

“Fabio es un estudiante de primer año de licenciatura en matemáticas. Es un deportista… y tanto puedes verlo activo en una clase de zumba como jugando en una liga de fútbol en Chile o en un partidito entre amigos”, comienza la misiva.

“Es también un joven con una agenda social muy concurrida. Popular, sociable, bromista y amable, es el típico chico que siempre está invitado a fiestas”, continuó, caracterizando a su hijo como un adolescente normal.

Además, recordó que el joven “nació en Mendoza, pero fuimos a vivir a Chile cuando él tenía apenas 2 años y medio. La mayor parte de las veces, tanto “che” como “chileno” son apodos simpáticos y de buena onda que tiene relación con su acento que no es de aquí ni es de allá. Su forma de ser y su forma de hablar son un sincretismo cultural entre ambos países”.

C5N
C5N

Pero todo cambió la noche del 2 de diciembre, el día en que lo agredieron. “Ese día, “chileno” fue un insulto, cuando una patota de 6 rapaces sancarlinos acorraló a mi hijo, lo golpearon cobardemente por la espalda y, cuando estaba indefenso, le patearon el rostro hasta que llegó ayuda y los pusieron en fuga”, rememoró.

“Me llena de rabia y de impotencia el hecho de tener que agradecer que no perdió el ojo, de tener que agradecer que no tiene daño cerebral, de tener que agradecer que no lo mataron. No quiero agradecer. No tendría que agradecer. No fue un accidente”, redactó la mujer. “Fueron las manos y los pies de un grupo de jóvenes lleno de maldad”, continuó.

Asimismo, relató que “le pusieron fijaciones al maxilar. Le ajustaron las fracturas de la mandíbula. Le enderezaron, tanto como posible, los dientes que fueron posibles salvar” y que está a la espera de una hora a médico para que lo operen.

La madre, dolida, adelantó que de ahora en adelante su hijo tendrá “que convivir con las secuelas físicas y psicológicas de esta agresión por el resto de su vida”. “¿Va a temer salir de noche solo? ¿Va a tener miedo de que lo agredan físicamente en cada discusión que tenga en el futuro?”, se preguntó.

Que cada testigo declare (…) Que cuente lo que vio“, exigió la madre, pidiendo que quienes visualizaron la situación golpeen la puerta de las autoridades para esclarecer los hechos. “Que se demuestre que los actos sí tienen consecuencias”, finalizó.

Puedes leer la carta completa a continuación: