Andy Whelan es un electricista oriundo de Lancashire, Inglaterra, cuya hija de cuatro años fue diagnosticada con un cáncer fulminante dejándola con apenas unas semanas de vida.

Whelan compartió una foto de Jessica en su página de Facebook, titulada: “Jessica Whelan, una pelea contra el neuroblastoma”, y que ha tenido más de 7 mil reacciones y sobre 3.200 compartidos.

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“Como fotógrafo es importante capturar la verdad y la realidad de la situación“, escribió Andy, para luego agregar: “Es demasiado fácil capturar la alegría de la vida e ignorar la tortura de la que somos testigos“.

El desconsolado padre señaló que esa ha sido lejos la foto más dura que ha tomado, y explicó que Jess recibió un diagnóstico lapidario hace solo unos días atrás, luego de batallar contra el cáncer por cerca de un año.

“Esta foto fue tomada en un momento en que nosotros como padres no pudimos ofrecerle consuelo, ella nos empujaba hacia atrás mientras sufría en soledad“, relató.

Andy también contó en la publicación que la escena no fue algo raro, pues constantemente tenían que presenciar situaciones así con su pequeña, pero la frecuencia ahora era mayor. “Esta es la verdadera cara del cáncer, los vasos sanguíneos de mi bebé sobresaliendo de su piel, una lágrima solitaria recorriendo su mejilla, su cuerpo endurecido y su cara contorsionada de dolor“, agregó.

Andy Whelan | Facebook

Jessica fue diagnostica con un neuroblastoma (tumor maligno formado por células nerviosas embrionarias), en etapa cuatro en septiembre del año pasado, luego de haber sido inicialmente mal diagnostica con una infección ósea.

Justo cuando estaba a punto de ser dada de alta, luego de permanecer diez semanas hospitalizada, los doctores decidieron realizarle exámenes una vez más. Ahí fue que le encontraron una masa alrededor de su hígado. Tras es escáner, los doctores confirmaron que Jessica tenía cáncer.

Rápidamente comenzó con quimioterapia, antes de someterse a un ensayo clínico de fármacos, pero en un chequeo a los tres meses, los doctores hallaron que el tumor tenía exactamente el mismo tamaño. Jamás se encogió.

El tratamiento continuó pero los especialistas comenzaron a buscar prolongar la vida de Jessica en vez de curar su enfermedad. Y en octubre, tristemente, su oncólogo determinó que el cáncer se había ramificado a otras partes del cuerpo.

Fue entonces cuando Andy y Nicki, la madre de Jessica, tomaron la decisión de poner fin al tratamiento de su pequeña y dejarla disfrutar del tiempo de vida que le quedaba.

“Si esta fotografía cumple con la idea de conseguir que la gente piense dos veces sobre este mal y ponga en perspectiva lo que le hace a un niño, entonces ha logrado su propósito“, señaló el padre.

“Se necesitan más investigaciones, se necesita que se encuentre una cura, se ha permitido que pase esto demasiado tiempo. Por favor, se los ruego, como un padre con el corazón roto, es demasiado tarde para mi hija pero el cáncer infantil necesitar una cura. Ninguna familia debería tener que pasar por este infierno“, concluyó.

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