La relación de Katie Donovan y Dalton Prager emocionó al mundo y es que su historia de amor parecía salida de la mente de John Green. La pareja de entonces 18 años, se conoció a través de internet en 2009 y debido a que ambos sufrían fibrosis quística (FQ), poder conocerse en personaje resultaba todo un desafío.
Los pacientes con esa enfermedad no pueden encontrarse cara a cara ya que el riesgo contraer alguna infección es demasiado alto, sin embargo, desobedecieron a los médicos y lo hicieron igual.
“Cuando estábamos decidiendo si conocernos o no, le dije a Dalton que prefería ser feliz por cinco años y morir antes, que ser mediocremente feliz y vivir 20 años”, explicó Katie a CNN. “Eso fue algo que definitivamente tuve que pensar, pero cuando tienes esos sentimientos, simplemente lo sabes”, agregó.
Contra todo pronostico los jóvenes se casaron dos años después de conocerse, periodo en que la fibrosis había deteriorado su salud a tal nivel que ambos tuvieron que renunciar a sus trabajos y vivir conectados a una maquina de oxígeno.
El sábado pasado, las fuerzas de Dalton se agotaron y falleció en un hospital de St. Louis, así lo informó CNN. El joven tenía 25 años y murió por complicaciones relacionadas con su enfermedad.
Katie se encontraba hospitalizada en Kentucky, por lo que sólo se pudo despedir por FaceTime, diciéndole que lo amaba. “Dalton luchó una larga y dura batalla contra la fibrosis. Él era un valiente luchador y ‘darse por vencido’ no estaba en su vocabulario“, escribió la joven en su cuenta de Facebook.
La familia del joven intentó llevarlo hasta Kentucky para que pasara sus últimos días con Katie, sin embargo, la salud de ambos estaba demasiado frágil para como para soportar el viaje. La última vez que se vieron, fue el 16 de julio, cuando celebraron su aniversario.
Su lucha por sobrevivir
En agosto de 2014, la pareja fue ingresada a Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, donde esperarían por sus trasplante de pulmones. Prager fue el primero en recibirlo, sin embargo, su esposa no corrió la misma suerte. Algunas semanas de la cirugía, los doctores dieron de alta a Katie ya que que sería bueno para ella psicológicamente, según le explicaron.
El problema fue que a los pocos días comenzó a tener dificultades para respirar y cuando intentó regresar al hospital se le informó que se habían agotado sus horas de Medicare, que según explica CNN es un programa federal de seguros médicos para los ancianos y cualquier persona con discapacidad. Por esta razón no podían volver a aceptarla ya que el estado no pagaría otra hospitalización antes de 60 días.
La salud de la joven estaba tan mal que tuvo que recurrir a un seguro público de su estado natal, Kentucky, siendo aceptada en el Hospital de la Universidad de Kentucky para esperar su trasplante.
Pero de nuevo la mala suerte atacó a Katie, ya que se enteró que la mayoría de los centros de salud no realizan trasplantes a pacientes con Burkholderia cepacia, los cuales son transferidos a otros hospitales más grandes que tienen más experiencia con casos complejos, pero que su nuevo seguro no costea.
Katie Donovan y Dalton Prager | Redes Sociales
A partir de entonces Katie y Dalton comenzaron una lucha incansable para conseguir alguna salida al problema. La situación se volvió mucho más grave, cuando los doctores les aseguraron que ella no viviría un año más sin nuevos pulmones.
“Siento que le están poniendo un signo de dólar a mi vida”, dice. “No quiero morir por culpa del dinero. Eso es estúpido. Nadie debería tener que hacer eso”, dijo.
