Luego de un intenso semestre de estudio, llegan las tan anheladas vacaciones para miles de niños a lo largo del territorio nacional. Y si bien el foco está centrado en el descanso de los pequeños, es importante poder realizar diversas actividades que permitan continuar el proceso de aprendizaje, bajo un esquema de mayor libertad y relajo. Y en esto, la labor de los padres es fundamental.
¿Pero cómo realizarlo sin provocar un disgusto en el niño, una ‘sensación’ de castigo, o que éste sienta que no está disfrutando sus vacaciones?

Javier Guzmán, psicólogo de Fundación CMPC, entidad que busca mejorar las condiciones educacionales en comunas aledañas a faenas productivas de CMPC con énfasis en pre básica y primer ciclo, explica que la clave está en aprovechar lo cotidiano que este periodo ofrece para que el niño continúe aprendiendo, pero de manera más lúdica.
“El aprendizaje es transversal al contexto donde se encuentra el niño, es decir, puede aprender en la escuela, casa o jugando con los amigos. Y es en vacaciones donde la familia juega un papel clave para incentivarlos y motivarlos a realizar actividades que el niño entienda como un oportunidad de aprendizaje”, explicó el profesional.

 

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Guzmán agrega que es importante aplicar distintas estrategias para que el niño continúe con su proceso de aprendizaje, pero que éste no lo vea como una rutina escolar.

Como punto de partida, se recomienda confeccionar un horario con ciertas actividades que permitan al niño instancias de aprendizaje, pero también espacio para relajarse y jugar, entendiendo que es totalmente válido, y necesario, el ocio en este periodo.

Javier Guzmán asegura que mantener horarios y límites con los estudiantes más pequeños les ayudan a ordenar el ‘mundo’ que están construyendo, donde están ordenando su forma de pensar. Incluso asegura que al mantener este orden le ayuda a mejorar su autoestima y le permite relacionarse de mejor forma con sus pares.

En sus 16 años de existencia, Fundación CMPC se ha especializado en el apoyo a establecimientos públicos de educación preescolar y escolar, de contextos vulnerables, ayudando a disminuir la brecha educacional que aflora desde los primeros años de escolaridad, por ello, se realiza un acompañamiento y se potencian los aprendizajes en las materias de Lenguaje y Matemática.

Precisamente es en estas dos asignaturas que Fundación CMPC entrega los siguientes consejos para potenciar el trabajo en estas áreas, sin la rigurosidad de las clases, pero con el motivo de que el niño no pierda el ritmo de aprendizaje.

Para potenciar lo que el niño ha ido aprendiendo en clases, puntualmente en Lenguaje, se recomienda mantener e incentivar un horario de lectura, a modo que no pierda la rutina. No es necesario que sea un libro académico, basta con una simple revista, diario o incluso leyendo alguna receta en caso que en la casa exista una actividad en torno a la cocina.

Otra actividad que puede realizar es que escriba cartas y mensajes a sus familiares, que ayude a tomar recados en la casa, e incluso redactar listas con actividades que le gustaría llevar a cabo en vacaciones. Así como también realizar una simple lista de compras.

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Incluso, también podría ver películas o series animadas, la cuales deben ser elegidas por un adulto, y que cuente con subtítulos, para ir practicando velocidad de lectura. Se trata de que el aprendizaje en esta época del año sea entretenido para los niños.

En área de Matemática, las actividades son diversas dentro del hogar. Desde contar objetos de la casa, o categorizar y clasificar elementos según color, forma u otro aspecto. Acompañar a un adulto a comprar y tomar parte en el intercambio de dinero. Incluso se puede practicar la adición al momento de ver la hora, todo de una manera didáctica y sin estrés.

Además, siempre es importante mantener normas y límites en el hogar, para que el niño desde pequeño entienda que éstas ayudan a ordenar el actuar, e incluso se pueden transformar en ‘leyes familiares’, las cuales ayudan a fomentar valores y principios dentro del hogar.

Estas normas deben ser sencillas y comprensibles para el niño. Asimismo, se debe apuntar a que éstas sean consistentes, vale decir, que se cumplan siempre y se mantengan en el tiempo. Finalmente, es importante que las normas en vacaciones sean de consenso y todos estén de acuerdo en cumplirlas.

De esta forma, y siguiendo estos simples consejos, las vacaciones de invierno no se transformarán en un dolor de cabeza y tampoco provocarán un ‘retroceso’ en el proceso de aprendizaje del niño, donde podrá descansar de manera efectiva, pero sin dejar de lado enseñanza a través de actividades cotidianas y de estructura libre.