Sentirse constantemente triste o vacío, perder interés por las actividades antes favoritas, tener problemas para dormir o comer, sentirse muy cansado, son síntomas de depresión muy conocidos. Pero hay otros más desconocidos y que muchos pasan por alto.

De acuerdo a un estudio publicado en la revista Psychological Science, la incapacidad de distinguir entre emociones negativas como la culpa, la ira y la frustración puede ser un síntoma de depresión hasta hace muy poco no considerado.

Para llegar a esta conclusión, se analizó a un grupo de 106 voluntarios de entre 18 y 40 años, de los cuales la mitad tenía depresión clínica. Durante el experimento, debían informar sobre sus emociones en intervalos aleatorios durante una semana.

“Queríamos investigar si las personas con depresión clínica tenían indicadores emocionales que eran informativos y si experimentaban emociones con el mismo nivel de especificidad y diferenciación que las personas sanas”, expresó el coautor del estudio, el Dr. Emre Demiralp.

En la ocasión a los participantes se les pidió que midieran sus sentimientos en 11 emociones diferentes, incluidas siete que eran negativas. Estas últimas eran tristeza, ansiedad, enojo, frustración, vergüenza, disgusto, culpabilidad. Mientras, las positivas eran alegría, emoción (excitación por alguna situación), alerta, activo.

Kat Jayne (CCO)
Kat Jayne (CCO)

Los investigadores descubrieron que quienes experimentaban depresión clínica tenían dificultades para distinguir sus sentimientos negativos, a diferencia de las personas no deprimidas que tenían más claro qué sentían.

El sondeo estableció que tanto las personas deprimidas como loas sanas pudieron distinguir claramente las emociones positivas.

El profesional dijo al respecto que “es difícil mejorar tu vida sin saber si estás triste o enojado por algún aspecto de ella. Por ejemplo, imagina no tener un indicador que te diga de forma independiente el nivel de gasolina de tu automóvil”, indicó. “Sería un desafío saber cuándo parar para obtener gasolina”, agregó.

“Nuestros resultados sugieren que ser específico acerca de tus emociones negativas podría ser bueno para ti. Puede ser mejor evitar pensar que te sientes generalmente mal”, manifestó.

Demiralp sugiere ser específico con los sentimientos. “¿Es ira, vergüenza, culpa o alguna otra emoción la que siento? Esto puede ayudarte a mejorar tu vida”, recomendó el médico.

“Uno de nuestros principales objetivos es investigar los enfoques para facilitar este tipo de inteligencia emocional a gran escala en la población”, añadió.

Demiralp sugirió que, mientras que las emociones específicas generalmente se asocian con un objeto causal, las emociones indiferenciadas no lo son. Esto puede ocasionar problemas en la prescripción de tratamientos.

La capacidad de etiquetar y diferenciar entre varias emociones negativas permite a una persona abordar el problema que condujo a esas emociones.

Jim Jackson (CCO)
Jim Jackson (CCO)

Aprende a reconocer tus sentimientos

La psicóloga clínica Silvia Russek, especialista en terapia cognitivo conductual y autora del libro “Volver a Vivir, Volver a Reír”, explica en su sitio web, explica que hay algunos pasos para reconocer nuestras emociones negativas.

1. Aceptar que las emociones negativas tienen una razón de ser. “Este tipo de emociones, sirven para indicarnos que algo nos está molestando o interfiriendo con nuestros deseos, valores, expectativas o actividades. Nos demuestran, que es necesario hacer algo al respecto”, explica.

2. Reconocer que algo en nuestro interior o exterior, nos molesta, disgusta o nos hace sentir mal. “Esto parece obvio, pero no lo es. La sociedad no nos enseña a estar en contacto con nuestras emociones, sobre todo a los hombres”, señala.

3. Detectar cuál es el sentimiento. “Hay personas que se sienten enojados, cuando en realidad están deprimidos, asustados o se sienten culpables”, expresa,¿.

4. Aprender a identificar la emoción, lo antes posible. La especialista dice que “mientras mayor sea su intensidad, menos control tenemos sobre ella”.

5. Detectar que tipos de pensamientos tenemos respecto a esa situación, a las personas involucradas y a nosotros mismos. “Recuerda que, independientemente de la situación, nuestros pensamientos aumentan y mantienen nuestros sentimientos”, afirma.

6. Practicar algunas técnicas que nos ayuden a eliminar o disminuir las emociones negativas. Ella recomienda “por ejemplo, cómo reconocer los diferentes estilos de pensamiento que tenemos, para aprender a modificarlos, cómo relajarnos, y respirar adecuadamente”

7. Si la situación tiene solución, hacer lo necesario para solucionarla. “Utilizando técnicas de comunicación, manejo de tiempo, solución de problemas, cómo establecer prioridades”, plantea. “Si no la tiene, aceptarla y cambiar nuestra actitud ante ella”, comenta.

8. Aprender a vivir el presente. “Que el pasado nos sirva sólo para aprender de él, no para vivir en él. El futuro debe ser sólo una orientación hacia dónde vamos y cómo queremos llegar. No para depositar todo lo malo que puede pasar y que no podemos solucionar”.

Russek dice que para detectar nuestras emociones es importante prestar atención a las sensaciones físicas que nos provocan.

“¿Tenemos tensión o alguna molestia en algún lado?, ¿Estamos sudando, sin motivo aparente?,
¿Tenemos las manos más frías que siempre y no hace frío?, ¿Estamos cansados, sin ninguna razón que lo justifique?”, aconseja.

Ella dice que también podemos identificar nuestras emociones, al observar nuestra conducta y los comentarios que nos hace la gente.

“¿Nos da flojera hacer las cosas que tenemos que hacer?, ¿Estamos sobrecargados de cosas y actividades y algunas o muchas, no son tan necesarias?, ¿La gente nos pregunta que nos pasa, si estamos enojados o por qué estamos tristes?”, ejemplifica.