Está en pizzas, pasteles y batidos. También se ha hecho popular en mayor medida en máscaras faciales y pastas de dientes. Lo cierto es que el “charcoal” o “polvo de carbón activado” toma cada vez más terreno en la industria alimentaria o de la belleza, pero ¿es bueno usarlo o podría afectar nuestra salud?

La cadena de comida rápida Burger King fue uno de los primeros pioneros, ofreciendo una hamburguesa “kuro” (negro en japonés) en algunas de sus tiendas japonesas en 2012, cuyo pan es negro, lleva una lámina de queso del mismo color y una salsa hecha de tinta de calamar, todo en el mismo tono.

“El carbón era un ingrediente que empezamos a ver de a poco en restaurantes antiguos y nuevos desde el año pasado. Con su sabor terroso, ligeramente ahumado y color oscuro, da una sensación superior a la comida y lo convierte en un verdadero tema de conversación”, dice Jonathan Moore, chef ejecutivo de Waitrose, cadena de supermercados británica. Pero, ¿de qué se trata específicamente este elemento?

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¿Qué es el charcoal?

Este popular “ingrediente” se usa en polvo o en forma de cápsula en muchas tiendas de alimentos naturales y, por lo general, se obtiene al calentar partes de plantas, como cáscaras de coco, madera de haya, eucalipto, álamo negro, sauce, pino, roble y otros.

De acuerdo a la página de venta de maquillaje Sephora, en el caso de la máscara facial, el carbón de bambú activado “actúa como un imán para extraer las impurezas más profundamente arraigadas”, consignó el sitio del periódico británico The Guardian.

A principios de este año, una youtuber se hizo famosa por subir un video llamado “Máscara de carbón sale mal” y en él se podía ver cómo la mujer, llamada Tiff, lucha por quitársela de la piel, mientras lee: “Suaviza la textura de la piel. ¿Quieres saber por qué? Porque la arranca”, explica, estremeciéndose por todo el dolor que siente.

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El carbón activado también ha encontrado su camino en la odontología, con numerosos productos en el mercado que blanquearían los dientes, incluidos cepillos. Sin embargo, el profesor Damien Walmsley, asesor científico de la Asociación Dental Británica, es escéptico acerca de los beneficios de este material.

“No hay pruebas que demuestren que el charcoal es bueno para los dientes. El carbón vegetal es una sustancia abrasiva, por lo que el uso prolongado podría dañar el esmalte”, explica. Pero son los promotores de lo saludable quienes defienden las propiedades, supuestamente mágicas del carbón activado, con mayor entusiasmo.

Una de ellas es la actriz Gwyneth Paltrow, quien a través de su plataforma Goop constantemente recomienda la mascarilla de charcoal, jabón y limpiador. También como un ingrediente para varias bebidas con chai y limonada, destacando de la misma manera una pasta de dientes.

Hay una serie de empresas de jugo que venden productos a base de carbón, como Botanic Lab, que ofrece una bebida isotónica con carbón vegetal para después de hacer ejercicios, la cual presuntamente permite limpiar, recargar y reequilibrar el cuerpo. Además, no posee ningún azúcar refinado o ingredientes sintéticos.

El carbón activado y la medicina

Algunas propiedades medicinales del carbón activado se conocen desde hace mucho tiempo. Tanto Hipócrates (460 a.C.) como Plinio el Viejo (23 d.C.) escribieron sobre su uso en el tratamiento de una variedad de dolencias, incluyendo vértigo, ántrax y la absorción de olores de heridas en descomposición.

En la actualidad, en hospitales puede ser utilizado para tratar algunas sobredosis y casos de envenenamiento agudo, ya que puede absorber ciertas toxinas en el intestino antes de entrar en el torrente sanguíneo. Asimismo, los veterinarios pueden preescribirlo para los perros que han comido sustancias tóxicas, como el chocolate.

En tiempos cuando existe una obsesión cuando se trata de la nutrición, la salud y la búsqueda de “desintoxicación” del cuerpo, lleva a algunas personas a gastar grandes cantidades de dinero en medicinas alternativas y alimentos adelgazantes, con poca prueba de su eficacia. “No hay datos de composición nutricional disponibles para el carbón activado por lo que se desconoce si tiene algún valor de ese tipo”, advierte Sarah Coe, científica de la Fundación Británica de la Nutrición.

Por su parte Edzard Ernst, profesor emérito de la Universidad de Exeter y autor de “Homeopatía: una evaluación crítica”, es extremadamente cauteloso de su uso como suplemento de salud. “De hecho, puede absorber algunas sustancias, pero no todas, y sólo puede hacer eso en el intestino. Esto significa que para desintoxicar el cuerpo es casi inútil en muchas situaciones”, dice.

Agrega que el polvo negro absorbe cosas que el cuerpo necesita, por ejemplo medicamentos, cuya ausencia puede conducir a problemas, no sin antes absorber el agua del intestino y provocar una deshidratación y estreñimiento.

Sin embargo, hay un uso para el carbón de leña que está aprobado al menos por el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido: se recomienda como tratamiento para la flatulencia excesiva.

“Aunque se ha aprobado una declaración sobre las propiedades saludables y su beneficio en este caso (1 gr. al menos 30 minutos antes de una comida y 1 gr. después de la comida), no hay evidencias que sugieran que tomar carbón activado podría tener cualquier otro beneficio para la salud, como la desintoxicación del cuerpo”, recalca Sarah Coe.

Aunque la mayoría sabe lo que es el carbón y que proviene de la combustión de sustancias vegetales, este elemento tiene una gran cantidad de carbono. Además, una de sus principales características es que posee muchos poros y de allí podrían obtenerse variados beneficios.

Los pequeños agujeros de tamaño microscópico permiten la absorción de sustancias de tamaño incluso molecular, que quedan atrapadas en las partículas de carbón. Pero el carbón no es carbón activado. Para “activar” el carbón normal se emplean una serie de tratamientos, normalmente de calor, con el objetivo de convertirlo en una especie de arenilla, consigna el blog de actualidad Hipertextual.

Asimismo, cada partícula de esta arena negra contiene una mayor cantidad de poros que en su estado al principio del tratamiento. De este modo, sólo un gramo de carbón activado puede tener entre 50 y 500 metros cuadrados de superficie debido a la porosidad.

En definitiva, el charcoal es altamente efectivo contra bacterias y virus que atacan a diario el organismo. Cuando es utilizado en tratamientos se le llama “carbón vegetal activado”, y es especialmente preparado en laboratorios especializados que potencian su poder de absorción.

En este proceso este carbón “medicinal” adquiere un sinfín de pequeños poros con los que absorbe toxinas de nuestro cuerpo, explica la cosmetóloga y directora de Medsthetik, Mónica Böhmer en un reportaje para la revista Mujer.

Por eso es que es importante informarse y leer sobre los beneficios y perjuicios que puede tener ocuparlo, ya que aunque el dicho sea “para ser bella hay que ver estrellas”, debemos partir de la base de que todos los organismos son distintos y cada uno requiere un cuidado específico.

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