Hace más de siete años se conoció el caso de los 33 mineros chilenos que quedaron atrapados en el yacimiento San José, ubicado en la región de Atacama. Tras varias gestiones del mundo público y privado, todos lograron salir con vida y sin mayores complicaciones de salud, aunque actualmente uno de ellos pasa por un momento bastante difícil.

Se trata de Mario Gómez, el exminero que salió del yacimiento en el puesto número nueve y que presenta una complicada enfermedad que afecta a la mayoría de las personas que trabajan bajo tierra: la silicosis. Por estos días, la dependencia de máquinas de oxígeno son su única esperanza para continuar con vida y mitigar sus malestares.

De acuerdo a la información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, “es una enfermedad pulmonar causada por inhalar polvo de sílice”, un cristal que se encuentra en los centros rocosos durante trabajos de minería o construcción de túneles.

Por otro lado, no existe un tratamiento para el padecimiento, por lo que sólo es controlable mediante broncodilatadores y oxígeno, si fuese necesario. Además, podría producir otras complicaciones mayores como tuberculosis, fibrosis masiva, insuficiencia respiratoria y cáncer pulmonar.

Por eso es que Gómez, según consignó el DiarioAtacama, está internado hace más de 20 días en la Clínica Atacama de la zona, necesitando de un respirador artificial para realizar sus actividades.

ARCHIVO | Agencia Uno
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Según explicó al medio, “un día me ahogué, me descompensé”. “Tengo silicosis y voy a ser oxígeno dependiente el resto de mi vida”, continuó.

En el recinto hospitalario, el hombre espera a que le entreguen una máquina de oxígeno para volver a su hogar. “Hace 12 días me iban a dar de alta, y el médico optó por no hacerlo a menos que saliera con oxígeno a mi casa”, recordó.

“Lo único que quiero es volver a mi casa”, puntualizó Gómez, por lo que pidió que le lleven prontamente las máquinas y que se “agilice la situación”.

ARCHIVO | Maribel Fornerod | Agencia UNO
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El hombre, que era el mayor de los mineros bajo tierra, recibe el apoyo de su familia y de quienes lo acompañaron durante los meses de encierro en Atacama. Luis Urzúa y Omar Reygada lo fueron a ver, y los otros 30 ya están al tanto de su complicada situación.

Luego del revuelo internacional por el incidente en San José, Gómez se dedicó a manejar colectivos en la ciudad de Copiapó y ahora mira complicado cómo el futuro se torna cada vez más complejo. “Tendré que buscar otra cosa, siempre con la idea de generar recursos”, reconoció.

“La pensión que tenemos son 360 mil pesos y, si pensamos en la mantención de una casa, eso no alcanza. Tendré que acomodarme a un trabajo que no me deteriore más (…) pero voy a dar la pelea hasta el final“, puntualizó.