Los accidentes isquémicos transitorios (AIT), más conocidos como mini derrames cerebrales, muchas veces son ignorados por quienes los padecen y su entorno, pero es importante detectarlos a tiempo.

De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los AIT pueden ser “un signo de advertencia de que se puede presentar un accidente cerebrovascular verdadero en el futuro si no se hace algo para prevenirlo”.

El organismo especializado explica que éstos ocurren cuando “se detiene el flujo de sangre a una parte del cerebro por un breve período de tiempo”.

Cuando esto sucede, la persona presenta síntomas similares a un accidente cerebrovascular por periodos de tiempo que van desde minutos hasta 1 o 2 horas. En algunos casos duran 24 horas.

“Un AIT es diferente de un accidente cerebrovascular. Después de un AIT, el bloqueo se rompe rápidamente y se disuelve. Un AIT no provoca la muerte del tejido cerebral”, explican desde el ente de salud estadounidense.

Pero, ¿por qué ocurre? Según señala, la interrupción del flujo de sangre hacia una zona del cerebro puede ocurrir por la presencia de un coágulo de sangre en alguna arteria del cerebro, o bien, un coágulo de sangre que viaja hacia el cerebro desde otra parte del cuerpo como el corazón, por ejemplo.

También puede pasar por una lesión en los vasos sanguíneo o el estrechamiento de un vaso sanguíneo en el cerebro o que llega al cerebro.

Quienes son hipertensos son quienes tienen mayor riesgo de sufrir AIT y accidentes cerebrovasculares.
Pero también hay otros factores que te hacen más propenso, tales como: fibrilación auricular (tipo de arritmia), diabetes, quienes tienen antecedentes familiares de accidente cerebrovascular, colesterol alto, tener más de 55 años, tabaquismo y quienes tienen enfermedades cardíacas en general o mala circulación en las piernas (várices).

A. Elizabeth (CC) Flickr
A. Elizabeth (CC) Flickr

Cómo detectar un AIT

Pon ojo a los siguientes síntomas porque pueden durar poco, y es importante detectarlo.

“Los síntomas comienzan repentinamente, duran poco tiempo (desde unos pocos minutos hasta 1 a 2 horas) y desaparecen. Estos pueden ocurrir de nuevo posteriormente”, señalan desde la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, agregando que son iguales a los de un accidente cerebrovascular.

– Cambios en la lucidez mental (incluso somnolencia o inconsciencia repentina)

– Cambios en los sentidos (como en la audición, la visión, el gusto y el tacto)

– Cambios mentales
(como confusión, pérdida de memoria, dificultad para escribir o para leer, dificultad para hablar o para entender a los demás)

– Problemas musculares (tales como debilidad, dificultad para deglutir, dificultad para caminar)

Mareo o pérdida del equilibrio y de la coordinación

– Falta de control de esfínteres

– Problemas nerviosos (como entumecimiento u hormigueo de un lado del cuerpo)

Los síntomas más recurrentes son sentir debilidad en un lado de la cara, viéndose el rostro un poco caído y quedando como adormecido. Si observas algo así, pídele a la persona que sonría para ver si la sonrisa está nivelada.

La debilidad en los brazos es otro de las señales más frecuentes. La persona siente que no puede levantar uno o ambos brazos, por más que se lo pidan.

Los problemas para hablar también son comunes durante el AIT. La persona habla lento o raro, le cuesta entender lo que le dicen. Para comprobarlo, pídele que diga su nombre completo y repita frases.

Jayson Lorenze (CC) Flickr
Jayson Lorenze (CC) Flickr

¿Qué hacer si alguien presenta estos síntomas?

Lo primero es acudir inmediatamente a un centro asistencial, aunque los síntomas desaparezcan cuando llegues allá. El diagnóstico puede hacerse igual con la historia clínica y relato del paciente o persona que lo acompaña.

Lo más probable es que le practiquen exámenes a la persona para ver si hay problemas vasculares o cardíacos, o de otro tipo, y también para descartar otros trastornos.

También es probable que lo hospitalicen hasta que encuentren la causa, pese a que se sienta mejor. Cuando ocurren estos episodios es importante llegar a la raíz del problema y detectar en qué parte del cerebro se produjo el ataque. En algunos casos se requiere cirugía.

Si se determina que efectivamente fue un AIT, la persona debe cambiar tu estilo de vida, dejando de lado el cigarrillo y la comida chatarra, y adoptar prácticas saludables como hacer ejercicio y mantener una alimentación sana.

También ayudan algunos anticoagulantes como la aspirina (ácido acetilsalicílico).

Aunque los AIT no dañan permanentemente el cerebro, no hay que ignorarlos, pues suelen ser una advertencia de que en el futuro sufrirás un accidente cerebrovascular.

“Más del 10% de las personas que experimentan un AIT tendrán un accidente cerebrovascular dentro de un período de 3 meses. La mitad de estos accidentes cerebrovasculares suceden durante las 48 horas posteriores a un AIT. El accidente cerebrovascular puede ocurrir ese mismo día o en una fecha posterior. Algunas personas presentan solo un episodio y algunas tienen más”, explican desde el ente estadounidense.