En el marco del Día del Corazón, que se celebró ayer, Bupa y World Heart Federation, dieron a conocer un estudio que reveló que los chilenos tendrían un corazón 2.13 años más viejo que su edad real.

Sin embargo, con pequeños cambios en el estilo de vida cotidiano, como comer y beber en forma más sana, hacer ejercicio y abandonar el tabaco, se podría mejorar este indicador.

Los resultados de esta investigación sitúan la salud cardíaca de los chilenos por debajo de la de países más desarrollados como Australia, Reino Unido y España. Para el estudio fueron consultados datos clínicos, métricas de actividad física y otros hábitos de vida saludable de más de 8.000 personas en diferentes países, como Estados Unidos, China, Francia, India.

La cifra se obtuvo considerando la influencia que tendría el Índice de Masa Corporal (IMC) en la salud del corazón. En nuestro país, el promedio del IMC es 26,07, el cual es considerado sobrepeso, ya que los estándares internacionales indican que este indicador no debe superar un IMC de 25.

La investigación relaciona además la salud cardiaca con la profesión y, en este sentido, los profesionales con mejor estado son médicos, profesores y empleados del servicio público. En tanto, quienes tienen un corazón más deteriorado son las personas que trabajan en los sectores de manufactura, transporte y construcción.

Cómo cuidar el corazón

El doctor Juan Delgado, cardiólogo de IntegraMédica, entrega algunas recomendaciones como, por ejemplo, no fumar, “ya que este hábito puede causar daño en los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de tener presión arterial alta”, así como controlar el estrés, porque “aprender a lidiar con los problemas y la exigencia diaria mejora la salud emocional y física”.

En cuanto a los alimentos, el especialista explica que estos son muy importantes para prevenir las enfermedades del corazón. Y como acciones a llevar a cabo recomienda:

* Tener una dieta baja en sal. Se estima que la ingesta diaria de sodio es ocho veces más de la que realmente necesita el cuerpo.

* Evitar los alimentos altos en sodio, como carnes y pescados ahumados y secos; sal de cocina o de mesa; moluscos y caviar; quesos muy curados; aceitunas; frutos

secos; conservas; condimentos y salsas saladas; caldos preparados y sopas de sobre, entre otros.

* Reducir la ingesta de alcohol.

* Disminuir el consumo de café a no más de 3 tazas diarias.

* Consumir alimentos ricos en potasio, como legumbres, frutas y verduras.

* Evitar alimentos con alto contenido de colesterol y ácidos grasos saturados, cambiándolos por aquellos que tengan ácidos grasos poli-insaturados, sobre todo con Omega 3.