Hannah Clark jamás pensó que su vida cambiaría tan radicalmente en apenas una noche. Era noviembre de 2014 cuando una mañana, después de levantarse, se percató de que la mitad de su rostro estaba completamente inmóvil.

Lo primero que la profesora de primaria de 37 años pensó fue que había sufrido un accidente cerebrovascular. “Tenía que cubrir mi oído por el dolor, y fui por agua hasta mi cama. Pero me di cuenta que al beber, el líquido se escurría por el lado izquierdo de mi boca”, comentó Hanna, originaria de Hoddesdon, en Inglaterra.

Sin embargo se percató que no podía ser un ataque cerebrovascular ya que sólo había afectado a su rostro. “Y aún podía hablar, aunque mal”, precisó.

Cuenta que fue cuando se miró en el espejo el instante en que quedó completamente shockeada. “No podía creer lo que veía: mi rostro estaba completamente desfigurado, como un circo de terror. “No podía cerrar mi ojo izquierdo y mi cuello, mentón, oreja y mejilla las sentía adoloridas. Le grité a mi esposo Mike por ayuda”, indicó al periódico británico Mirror.

De inmediato su pareja la llevó a Emergencias del Princess Alexandra Hospital en Essex, donde rápidamente fue diagnosticada con la parálisis de Bell, trastorno del nervio que controla el movimiento de los músculos de la cara.

Rostro de Hanna Clarck
Mirror

Los médicos le aseguraron a Hannah que con un tratamiento con esteroides y medicamentos anti-virales podrían reducir la inflamación, la que duraría dos semanas.

“Cuando pasaron esos 14 días no estaba mejor y me sentía completamente sola”, reconoció. A pesar de visitar diferentes especialistas, todos llegaban al mismo diagnóstico: parálisis de Bell.

“Como no obtenía un consejo real, comencé a revisar el sitio de Facial Palsy UK (organización británica que ayuda a personas con parálisis faciales) donde pude leer historias de otros pacientes, y conseguí apoyo”, indicó.

“Me sorprendí por la cantidad de mujeres que se han visto afectadas. Había escuchado hablar de la enfermedad, pero pensaba que era sumamente rara y no conocía las causas o su tratamiento”, añadió.

Reconoce que si bien pasó por periodos bastante duros, tres meses después decidió volver a enseñar en la escuela, aún con algo de temor. No obstante, todos sus miedos desaparecieron abruptamente cuando los pequeños de su curso le demostraron su alegría por tenerla de regreso.

Los niños -de siete años- sabían que algo le había pasado en el rostro a Hannah aunque de todas formas no pudieron esconder su curiosidad, llenándola de preguntas.

Personaje de Frozen y Hannah Clark
Mirror

Incluso uno de los alumnos la comparó con un personaje de la película de Disney, Frozen. “Esa fue la primera vez que me reí en meses. Ellos me preguntaban sin hacer ningún tipo de juicio y aceptaron mi nueva expresión”, precisó la mujer.

Actualmente Hannah está siguiendo un tratamiento con un experto, con quien ha logrado realizar pequeños movimientos, aunque sabe que no volverá a tener el mismo rostro que antes.

“Me he vuelto más fuerte como persona, madre y profesora, y ahora tengo un nuevo rol en la escuela”, aclaró.

¿Qué es la parálisis de Bell?

La repentina pérdida de control muscular en un lado de la cara se asocia con un derrame cerebral. Esto último ocurre cuando un coágulo corta el suministro de sangre al cerebro, aunque la mayoría de las veces este síntoma corresponde a la llamada parálisis de Bell, inflamación de un nervio facial que causa debilidad o parálisis en la cara.

“Es un diagnóstico sencillo pero puede ser confundido por un médico de urgencias que no tiene el suficiente entrenamiento”, comentó Carlo Reyes, médico de urgencias del Hospital Los Robles en California, Estados Unidos, a la edición norteamericana del periódico The Huffington Post.

En la parálisis de Bell, sólo la cara está implicada y no hay confusión o debilidad en un brazo. Además, implica todo ese lado de la cara y la persona no es capaz de cerrar un ojo, la boca cae sólo en esa parte y no puede arrugar la frente en esa mitad del rostro.

¿Cuando ver inmediatamente a un médico? “Una boca caída sin otros síntomas es probable que se trate de un accidente cerebrovascular”, dice Reyes, quien recomienda ir si se paraliza la cara de cualquier modo (aunque se sospeche parálisis de Bell), para descartar que se trate de algo grave.