No cabe duda que los espárragos son unas de las delicias verdes más apreciadas por los asiduos a la cocina. Para muchos, son una gran opción a la hora de preparar una entrada o realizar aperitivos más elaborados, como canapés o incluso quiches de verduras.

Sin embargo, su ingesta conlleva una de las consecuencias más extrañas y enigmáticas de todas… Nos referimos a ese fuerte hedor que su consumo produce en nuestra orina.

Durante años de años, los humanos se han realizado la misma pregunta: ¿Por qué los espárragos hacen que nuestras visitas al baño tengan un olor tan particular?

Si lo has pensado, no eres el único. Ya en el Siglo XVIII el científico, inventor y político estadounidense Benjamin Franklin se preguntaba lo mismo, llegando a afirmar que “unos pocos tallos de espárragos darán a nuestra orina un olor desagradable”, según informó el medio especializado en ciencia LiveScience.

Por su parte, el novelista, ensayista y crítico francés Marcel Proust, escribió varias décadas atrás que esta verdura transforma nuestra orina “en un frasco de ‘perfume"”.

“Para mí, la orina después de comer espárragos huele a sopa de vegetales, incluso quizás a una sopa de repollo“, señaló en tanto Danielle Reed, Ph.D de la Universidad de Yale y Directora Asociada del Centro Monell de Sensaciones Químicas de Filadelfia (EEUU), quien en 2011 lideró un estudio que investigó cómo las personas producen y detectan el fuerte olor de la “orina esparragada”.

Frank Lindecke | Flickr (CC)
Frank Lindecke | Flickr (CC)

Pero, ¿A qué se debe el olor?

El característico aroma que desprendemos al ir al baño después de ingerir estos vegetales, se debe a que algunos de sus componentes se metabolizan y excretan en la orina.

Según lo detallado por Reed a LiveScience, uno de los responsables es el Ácido Asparagúsico -propio de este vegetal-, que al metabolizarse en otros compuestos que contienen azufre, como el metanotiol, tiol y tióster, producen el distintivo hedor.

Estos químicos tienden a ser volátiles, es decir, se evaporan rápidamente, lo que los vuelve perceptibles mediante nuestro olfato en mayor o menor medida, dependiendo de la sensibilidad de cada persona.

“Creemos que algunas de las proteínas y aminoácidos en el espárrago son metabolizados de forma distinta por las personas, por lo que éstas tienen perfiles diferentes de volatilidad de azufre”, explicó Reed.

No todos pueden sentirlo

Pese a lo que pudiera pensarse, en su estudio de 2011 Reed reveló que no todas las personas son capaces de sentir el fuerte olor de la orina tras la ingesta de espárragos.

Y, es más, no todos pueden producirlo.

“Nos sorprendimos al descubrir que existe gente que no produce esta esencia (…) Sabíamos que algunos eran incapaces de olerlo, pero aprendimos que ciertas personas no podían producirlo“, declaró la especialista.

En específico, el reporte arrojó que un 8% de las personas analizadas no podían producir el olor, y que un 6% de los participantes fallaban al detectarlo.

Junto con lo anterior, el estudio postuló que ambas habilidades, es decir, la capacidad de producir el aroma y sentirlo, no están estrechamente vinculadas.

Liz West | Flickr (CC)
Liz West | Flickr (CC)

Propiedades de los espárragos

Pese al extraño olor que producen en nuestra orina, los espárragos son bien considerados por los nutricionistas y médicos a la hora de incluirlos en las minutas de las dietas.

Estas verduras son reconocidas por tener un alto contenido en proteínas, glúcidos, minerales y vitaminas como A y la C. Estos nutrientes nos permiten prevenir enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, como el cáncer, la enfermedad cardiovascular o el envejecimiento prematuro, informó la página especializada InfoSalus, de la agencia internacional Europa Press.

Sumado a lo anterior, los espárragos también son ricos en vitaminas del grupo B, famosas por sus beneficios en el funcionamiento cognitivo y cardiovascular.

Pero también, esta planta herbácea contiene minerales como el sulfato de potasio, calcio y magnesio, además de cantidades moderadas de hierro y zinc. Otro punto a favor de su consumo es su considerable contenido de fibra; nutriente que previene el estreñimiento y cáncer de colon.

En este sentido la profesora Rocío De la Puerta, investigadora del grupo ‘Plantas Medicinales’ de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla (España), comentó que “muchos estudios han demostrado la alta capacidad antioxidante y captadora de radicales libres” que poseen compuestos propios del espárrago, como los flavonoides, las saponinas esteroides y los carbohidratos complejos. “De ahí la importancia de su consumo en la prevención de enfermedades”, dijo.

“Por otro lado, las saponinas esteroides, responsables del sabor amargo-dulce (de dichas verduras), han demostrado propiedades antitumorales, antiinflamatorias e hipolipémicas en diferentes estudios“, agregó la experta.

Finalmente, De la Puerta señaló que el espárrago es “un vegetal no tóxico, nutritivo y saludable, consumido desde la antigüedad. Por ello se puede recomendar el consumo habitual de éste en todas sus posibilidades culinarias como ensaladas, sopas, tortillas o revueltos”.