Mantener un corazón sano no es tarea fácil por estos días, en que la comida rápida y los alimentos procesados juegan en contra. Sin embargo, las nuevas tendencias alimenticias nos invitan a redescubrir comidas saludables y al alcance de la mano para cuidar el centro de nuestro cuerpo.

En Chile, cada 20 minutos una persona fallece a causa de enfermedades del sistema circulatorio, según el Ministerio de Salud (Minsal), convirtiéndose en la primera causa de muerte en nuestro país. Una realidad que preocupa al Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile, quienes ven cómo el estilo de vida actual no contribuye a una alimentación sana.

La buena noticia es que los malos hábitos en cuanto a nutrición y actividad física son modificables, con lo que disminuyen considerablemente los factores de riesgo. En este sentido, el rol del nutricionista es fundamental en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, ayudando a seleccionar los alimentos más adecuados para una mejor salud del corazón.

Samuel Durán, presidente del gremio, agrega que además de asesorar, “podemos usar la dietoterapia en personas obesas, diabéticas, dislipidémicas o hipertensas, quienes tienen más riesgo de presentar un evento cardiovascular. También es posible apoyar a personas que han tenido eventos cardiovasculares, y así evitar un segundo evento”.

¿Qué comer?

Existen muchos mitos sobre propiedades “mágicas” de algunos alimentos, pero lo correcto es consumir aquellos que efectiva y comprobadamente son un aporte real al cuidado del corazón.

De esta forma, es muy importante incrementar al menos a dos trozos semanales el consumo de pescados grasos en guisos o al horno (salmón, jurel, atún, sardinas), ya que contienen EPA, ácido graso que presenta un sinnúmero de propiedades como disminuir el colesterol y triglicéridos, aumentar la fluidez del torrente sanguíneo y reducir la inflamación.

El presidente del Colegio de Nutricionistas Universitarios agrega otro alimento como beneficiosos: los lácteos.

“Aunque históricamente se han visto como enemigos de la salud cardiovascular, recientes estudios muestran que el consumo moderado no presenta efectos perjudiciales”, explica.

A ellos se suman las frutas y verduras, por sus antioxidantes y ser buena fuente de fibra dietaria para mejorar los niveles de lípidos sanguíneos; y las leguminosas y frutos secos, que contienen fibra.

¿Qué evitar?

Y entre aquellas comidas que se deben evitar o disminuir en la dieta, se encuentran el alcohol, porque incrementa el riesgo cardiovascular; las carnes rojas y cecinas por ser altas en grasas saturadas y sal; y las grasas trans, presentes en alimentos procesados como papas fritas, pasteles, margarinas, galletas y chocolates.