“Ser listo está bien. A simple vista, ser listo parece hacer la vida más fácil. Pero hay otra versión de la historia. La gente inteligente tiene fama de cometer errores tontos, especialmente en situaciones que requieren sentido común. La simplicidad de estas situaciones y la abundante inteligencia de aquellos que tienden a meter la pata pueden ser muy cómicas”.

Así lo plantea Travis Bradberry, autor del libro ‘Inteligencia emocional 2.0’ y presidente de la firma TalentSmart, quien publicó una columna en el diario electrónico Huffington Post donde se refiere a este tema.

En su escrito cita a Shane Frederick, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, quien fue uno de los primeros en dirigir una investigación que explica por qué el pensamiento racional y la inteligencia no tienden a ir de la mano.

Asimismo, señala que un grupo de psicólogos de la Universidad James Madison (Estados Unidos) y de la Universidad de Toronto (Canadá) se preguntaban exactamente lo mismo. “Hicieron test de lógica a cientos de participantes y compararon la precisión de sus respuestas con sus niveles de inteligencia. Los expertos llegaron a la conclusión de que las personas más inteligentes tenían más probabilidades de decir sin pensar una respuesta incorrecta porque cometen más errores mentales cuando tienen que resolver algún problema“, comentó.

Bradberry explica que las personas inteligentes son propensas a cometer fallos tontos porque hay puntos ciegos en su manera de usar la lógica. “Y estos puntos ciegos existen porque la gente inteligente tiende a confiar en exceso en su capacidad de razonamiento. Es decir, como están acostumbrados a tener razón y a dar respuestas rápidas, no se dan cuenta cuando meten la pata por no pensar un poco más las cosas”, especifica.

“Quizá lo más preocupante de que la gente inteligente cometa este tipo de errores sea lo poco conscientes que son de cometerlos. Todo el mundo, independientemente de su nivel de inteligencia, sucumbe y ‘ve mejor la paja en el ojo ajeno’. Es decir, reconocemos perfectamente los errores de los demás pero nos cuesta mucho reconocer los nuestros. Cuanto más tonto sea el fallo cometido, más le cuesta a una persona inteligente reconocerlo”, asegura.

El autor indica que aunque no nos pasamos el día resolviendo problemas de lógica, las funciones del cerebro involucradas en la resolución de este tipo de problemas son las mismas que utilizamos en el pensamiento cotidiano. “Por lo tanto, la tendencia de la gente inteligente a cometer errores estúpidos afecta también en el lugar de trabajo“, señala.

En este sentido, Bradberry plantea que hay 8 errores “tontos” comunes que suele cometer la gente inteligente.

1. Confiar demasiado en sí mismos

Travis dice que los elogios y palmaditas en la espalda constantes hacen que la gente inteligente desarrolle una fe imperturbable en su inteligencia y en su capacidad. “Cuando vas cosechando cumplidos y la gente alimenta tu ego, es fácil esperar que todo te salga bien”, dice.

Sin embargo estas expectativas son peligrosas. “Las personas inteligentes no suelen reconocer que necesitan ayuda y, si lo reconocen, tienden a creer que nadie es capaz de proporcionársela”, comenta.

2. Presionar demasiado a la gente

“Como lo consiguen todo tan fácilmente, las personas inteligentes no entienden lo que tienen que esforzarse los demás para conseguir lo mismo, y por eso les presionan tanto”, señala.

Bradberry indica que las personas inteligentes dejan la vara muy alta y, cuando los demás tardan demasiado en alcanzarla (o no la alcanzan porque las cosas no les salen del todo bien), dan por hecho que no se están esforzando lo suficiente. “Así que les presionan aún más y pierden la oportunidad de ayudarles a conseguir los objetivos que tienen tantas ganas de alcanzar”, asegura.

3. Siempre creer tener razón

“A todo el mundo le cuesta aceptar con elegancia que se ha equivocado. Pero a las personas inteligentes les cuesta incluso más porque están tan acostumbradas a tener razón siempre que eso ya forma parte de su identidad. La gente inteligente puede percibir el hecho de equivocarse como un ataque personal; y el hecho de tener razón, como una necesidad”, asegura Travis.

4. Carecer de inteligencia emocional

El autor dice que aunque la inteligencia (el coeficiente intelectual) y la inteligencia emocional no tengan una correlación significativa (en general, las personas inteligentes tienen un nivel de inteligencia emocional tan alto como los demás), cuando una persona inteligente carece de inteligencia emocional es dolorosamente evidente.

“Estos individuos de coeficiente intelectual alto y escasa inteligencia emocional conciben el mundo como una meritocracia. Los logros son lo único que importa y las personas y los sentimientos sólo son obstáculos en el camino”, señala Travis.

5. Rendirse cuando fracasan

“¿Te has fijado alguna vez en la mirada de un atleta que todo el mundo creía que iba a ganar pero que al final no gana? Las personas inteligentes pueden caer fácilmente en la trampa de concebir un fracaso como el fin del mundo porque el hecho de que todo les suela salir bien crea unas expectativas por las que les cuesta tolerar el fracaso”, afirma.

El autor manifiesta que las personas que han de esforzarse mucho para conseguir sus objetivos tienen mucha más práctica en lo que respecta a aprender a lidiar con el fracaso. “Aprenden a aceptarlo porque saben que el fracaso es un peldaño más hacia el éxito”, enfatiza.

6. No desarrollar coraje

“Cuando consigues todo con relativa facilidad, puede que concibas el esfuerzo como algo negativo (como una señal de que no tienes lo que hay que tener). Cuando las personas inteligentes no son capaces de conseguir algo sin una gran cantidad de esfuerzo, tienden a sentirse frustradas y humilladas”, explica.

Travis plantea que “eso les lleva a asumir que se debe a que tienen algún problema. Como consecuencia, tienden a pasarse a una actividad que reafirme su valía en vez de tomarse un tiempo para desarrollar el coraje que necesitan para lograr todo lo que se propongan”.

7. Hacer varias cosas a la vez

Bradberry asegura que las personas inteligentes piensan muy rápido, por lo que puede que sean impacientes. “Les gusta ir haciendo varias cosas a la vez para no perder el tiempo. Piensan tan rápido que, cuando están en modo multitarea, tienen la sensación de que les funciona y de que les cunde más, pero una investigación realizada por la Universidad de Stanford demuestra que no es así”.

“Además de que hacer varias cosas reduce tu productividad, a las personas que suelen hacer varias cosas a la vez porque piensan que se les da bien se les da peor la multitarea que a aquellas que prefieren hacer las cosas de una en una”, explica.

8. Resistirse a las críticas

“Las personas inteligentes tienden a desestimar las opiniones de los demás, ya que les cuesta creer que haya alguien cualificado como para darles un feedback útil. Esta tendencia, además de entorpecer su crecimiento y su rendimiento, puede favorecer el desarrollo de relaciones tóxicas, tanto en el ámbito personal como en el laboral”, afirma Travis.

Como reflexión final el autor señala que su idea no es molestar a las personas inteligentes, sino que explica que algunos de los grandes dones de la vida, como la inteligencia, pueden conllevar algunas dificultades.

“Si no estás dispuesto a contemplar el panorama completo desde una perspectiva honesta, te estarás subestimando. Y eso no sería muy inteligente”, finaliza.