Molly McLaren, una universitaria británica de 23 años, fue asesinada el 29 de junio del año pasado en la zona de Dockside en la ciudad de Chatam, ubicada en el condado de Kent en Inglaterra.
Las sospechas en torno al responsable recaen principalmente en Joshua Stimpson, un joven de 26 años con quien la chica había salido durante siete meses después de conocerlo en la red social Tinder, según consignó el portal británico Unilad.
La víctima, que era estudiante de la Universidad de Kent, había estado sentada en su vehículo Citroen C2 en un estacionamiento cuando Stimpson supuestamente la apuñaló con un cuchillo, hiriéndola en la cabeza y el cuello varias veces.
Aunque Stimpson niega haber matado a Molly, ofreció una declaración de culpabilidad, para poder optar a una condena menor.
El último mensaje de Molly
De acuerdo al diario británico Metro, en el juicio realizado en el Tribunal de la Corona de Maidstone esta semana, el fiscal dijo que “no había duda” de que Stimpson había asesinado a McLaren, pero el jurado tendría que decidir si reduciría su responsabilidad en los hechos.
Entre las pruebas que presento la fiscalía para demostrar la culpabilidad del joven, estaba el último -e inquietante- mensaje que McLaren envió a través de WhatsApp antes de ser brutalmente atacada.
Minutos antes de su muerte, a las 11:02 AM, la chica le escribió a sus amigos: “Siento como si yo estuviera mirando por encima de mi hombro todo el tiempo”, en referencia a que probablemente se sentía acorralada, observada o acechada.
Testigos
Sólo seis minutos después de que se enviara ese texto, Stimpson fue visto parado junto al vehículo por un testigo identificado como Benjamin Morton.
Morton aseguró que vio los hechos, y que trató de sacar a Stimpson del auto agarrándolo por una pierna, incluso tratando de cerrar la puerta del automóvil para evitar el ataque.
Otra testigo, Kodie Jarvis también habría presenciado la situación. “Ella (Jarvis) estacionó el auto. Ella vio a Stimpson conducir y salir de su auto. Caminó rápidamente hacia Molly McLaren, que estaba sentada en el asiento del conductor de su automóvil. Él tiró la puerta para abrirla. Molly comenzó a gritar. Un hombre intentó sacar a Stimpson. Stimpson, cubierto de sangre, paseaba de un lado a otro de su auto y luego se paró junto al suyo”, indicó el fiscal.
Otras pruebas
Asimismo, se presentaron ante el tribunal mensajes preocupantes enviados entre McLaren y Stimpson antes del crimen.
La pareja se había conocido en Tinder en julio de 2016, pero esperaron unos cuatro meses antes de verse en persona y comenzar una relación.
Los mensajes intercambiados muestran que la relación entre ambos no era buena, pues McLaren decía que Stimpson tenía “reacciones infantiles” frente a numerosas cosas.
Stimpson envió un texto a McLaren el 4 de marzo escribiendo: “Por favor, no termines conmigo, una sola oportunidad es todo lo que estoy pidiendo”. McLaren respondió diciendo que sentía que ella estaba “constantemente pisando cáscaras de huevo” y que su comportamiento era “simplemente patético”. “Siento realmente que me presionas en este momento, para ser honesta”, enfatizó la chica. Días después, el 17 de junio, Molly le comunicó que la relación “se acabó” y él le dijo que podría haber terminado con él de una manera más respetuosa.
Después del quiebre, McLaren le envió un mensaje a sus amigas diciendo “Josh se volvió desagradable” y que no le dejó más remedio que bloquearlo en redes sociales.
“De hecho, tengo miedo de lo que podría hacer, tengo miedo de que pueda lastimarme”, indicó. Cuando sus amigos le preguntaron si se refería a que pudiera agredirla físicamente, ella respondió: “Sí”.
Stimpson siguió enviando mensajes desagradables a McLaren y también escribió mensajes en Facebook que insultaban a la estudiante y afirmaban que era una drogadicta. Ante esto, McLaren recurrió a la policía el 22 de junio, informando sobre estas publicaciones amenazantes.
Además, durante el juicio se mostró una imagen de una cámara de seguridad que muestra a Stimpson comprando un cuchillo en una tienda de la zona el 27 de junio, dos días antes del ataque a Molly. Y una hora después también se le ve adquiriendo una picota en una ferretería.
El fiscal cree que el joven usó ese mismo cuchillo para asesinar a la estudiante y además se encontró una pìcota en el auto, que podría ser la misma.
