La leyenda de cómo el pequeño Rockefeller inició su fortuna comprando y vendiendo manzanas ya tiene su versión actualizada y 3.0. Es la historia de Erik Finman, quien a sus 19 años ya es un millonario en bitcoins que pretende revolucionar la educación.

Según han reportado CNBC y otros medios, la fortuna del joven norteamericano asciende a 403 deslumbrantes bitcoins, lo que con el cambio actual, bordeando los 10 mil dólares, equivale a más de 4 millones de dólares (y que a mediados de diciembre pasado, cuando la criptomoneda superó los 19 mil dólares, equivalía a casi 7 millones de dólares).

En 2011, cuando Finman tenía 12 años, su abuela le regaló mil dólares que él sabiamente invirtió no en manzanas, sino en la entonces desconocida criptomoneda. En 2013, su inversión se había convertido en $100 mil dólares. Pero el objetivo de Finman iba mucho más allá. Como consigna Business Insider, el adolescente había hecho una apuesta con sus padres: si antes de los 18 era millonario, no iría a la universidad.

A los 15 dejó el colegio y con lo que había ganado fundó Botangle, una plataforma de educación online. Al poco tiempo, le ofrecieron comprar su emprendimiento por $100.000 dólares o 300 bitcoins. Aunque su valor había ido bajando en aquellos días, Finman no dudó en tomar los bitcoins, pues ya estaba convencido de que iba a ser algo grande. “Mis padres me preguntaron por qué no tomaba el dinero en efectivo, pero yo lo vi como una inversión”, explicó en una entrevista con CNBC.

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Y su inversión rindió frutos. Hoy, Finman es un emprendedor con negocios en Sillicon Valley, y que colabora en un proyecto con la Nasa para lanzar al espacio una cápsula del tiempo. Además trabaja para que la tecnología de las criptomonedas sea más eficiente y segura.

Su mensaje, que repite cada vez que puede, es claro: en el mundo de hoy no vale la pena estudiar en la universidad, y busca demostrarlo con su proyecto más ambicioso, con sede en Dubai. Pero antes de conocerlo, veamos cómo el Erik-Finman-adolescente-inadaptado se convirtió en el Erik-Finman-millonario-del-bitcoin.

Apuesta ganadora

Según Erik, su experiencia en el colegio no fue muy agradable. “La secundaria era de muy baja calidad” explica. “Tenía profesores que eran muy negativos. Uno me dijo que abandonara el colegio y trabajara en McDonald’s, porque eso era lo único que iba a conseguir en mi vida. Supongo que le hice caso en lo de abandonar”.

Que sus padres le hayan permitido dejar la escuela (además de apostar con él su ingreso a la universidad) puede parecer llamativo en cualquier familia normal, pero los Finman no son normales, como se ve en el perfil publicado en NYMAG.

El señor y la señora Finman, Paul y Lorna, se conocieron en Stanford mientras completaban sus Ph.D. en Ingeniería Eléctrica y en Física, respectivamente. Se casaron y se mudaron a Post Falls, un sector más bien rural en Idaho, y fundaron una compañía que prosperó después del ataque a las Torres Gemelas en 2001 gracias a contratos con el departamento de Defensa de EE.UU.

La opinión de los Finman sobre el sistema escolar no era mucho mejor que la de su hijo. Por eso educaron a los dos hermanos mayores de Erik, Scott y Ross, en el hogar, complementándolo con actividades en su empresa. “En vez de salir a recreo, pasábamos tiempo con un ingeniero”, recuerda Ross, hoy de 28 años y especializado en robótica e inteligencia artificial.

La educación en casa no le sentaba bien al inquieto y curioso Erik. Entonces sus padres lo enviaron a una serie de colegios privados que unos detrás del otro iban expulsándolo. En paralelo, Erik iba reinvirtiendo sus bitcoins contratando programadores y diseñando apps hasta que creo Botangle.

Cash so worthless compared to Bitcoin I'm sleeping on it…

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A sus 15 años, Erik se metió de lleno en el mundo del ciberemprendimiento, aprendiendo por su cuenta materias tan diversas como impuestos y programación web. Su madre le propuso dejar el colegio para dedicarse por entero a su empresa. Erik aceptó y además anunció que no tenía intenciones de ir a la universidad. Su padre aceptó con la condición de que ganara un millón de dólares antes de cumplir 18. Como ya se sabe, Erik cumplió.

Las decisiones de los Finman parecen haber sido las indicadas, pero Erik no olvida su pésima experiencia en el sistema institucionalizado de educación. Por eso, además de seguir atento su inversión en bitcoins, trabaja en crear la mejor universidad del mundo en Dubai, anunció en diciembre el sitio de noticias del Medio Oriente The National.

Always enjoy the opportunity to share my ideas in front of an amazing audience.

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El futuro

La convicción del joven millonario acerca de que la educación superior es una pérdida de tiempo no significa que no crea en la educación. Por el contrario, es debido a sus malas experiencias en el sistema educacional que pretende crear una nueva universidad que permita que alumnos que no encajen, como él, puedan desarrollar todo su potencial.

“Va a ser dos veces mejor que Stanford”, afirma Erik sin titubear. El proyecto, en el que invertirá parte de sus ganancias del bitcoin, lo está desarrollando con su familia, aprovechando la experiencia de sus padres y hermanos en prestigiosas casas de estudio estadounidenses como la misma Stanford y el MIT.

Luego de descartar ciudades como San Francisco y Singapur, los Finman se quedaron con Dubai ¿Por qué? Erik lo tiene claro: “Dubai se ha convertido en el centro del mundo (…). Creo que merece tener también el mejor sistema educacional del mundo, y sé que esto encaja mucho con los objetivos de los Emiratos Árabes”.

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Claro que no descarta abrir sedes en otras partes del mundo, pero la primera bandera tiene que estar en Dubai, aseguró Erik. Por lo pronto, el proyecto incluye un campus que estaría listo en tres años, “o incluso menos”, vaticina el joven emprendedor. Siendo él quien lo dice, bien podría cumplirse.

Y si de vaticinios se trata, Erik Finman sigue apostando al bitcoin, ya no solo como una buena inversión, sino como el sistema financiero del futuro. En una reciente entrevista a Forbes, aseguró que aún es tiempo de sumarse al carro de la criptomoneda e invertir.

“El bitcoin seguirá en ascenso por un largo tiempo, con subidas y bajas en el camino”, afirmó. El desafío estará en desarrollar una buena regulación, porque “las regulaciones siempre van más lento que los avances tecnológicos (…). Va a ser interesante ver cómo los gobiernos manejan esto”.

El adolescente que apostó que tendría un millón de dólares para no ir a la universidad sigue apostando alto.

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