Si sientes que durante este día lunes has estado con menos ánimo de lo normal, que todo anda mal o que simplemente te levantaste “con el pie izquierdo”, a continuación sabrás la posible razón.

Y es que estamos en el día conocido como “Blue Monday” (“Lunes Triste”, en español), el día en que, oficialmente, todo el mundo anda con menos ánimo que de costumbre.

Según la psicología, durante el tercer lunes de cada mes las personas -estadísticamente hablando- tienden a sentirse menos felices que de costumbre, y de hecho todos los eventos que les ocurran en este día les afectarán de mayor forma.

Todo comenzó en 2005 luego de que el investigador de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), Cliff Arnal, determinara en base a una fórmula que el tercer lunes de enero corresponde al día más ‘triste’ del año.

Para ello, Cliff utilizó un modelo que le permitiera interrelacionar variables como el clima, las deudas, el salario, la motivación, el tiempo transcurrido desde Navidad, el tiempo transcurrido desde haber fallado en los propósitos de Año Nuevo y lo que él llamó la “necesidad de reaccionar”; factores que provocarían un sentimiento generalizado de malestar y depresión en las personas.

No obstante, el investigador cree que puede ser una buena oportunidad para dar un giro. “Úsenlo como un trampolín para el cambio, ya sea para perder peso, dejar de fumar, embarcarse en un sueño o cambiar de trabajo. Hagan lo mejor de sus vidas y vivan a pleno. La forma más fácil de ser feliz es pasando más tiempo con la gente que te ama”, precisó.

Cabe destacar que en el caso del hemisferio norte, a estas variables se suma el hecho de que se encuentran en pleno invierno. En cambio, en el hemisferio sur del planeta tenemos la ventaja de encontrarnos en verano y sentirnos un poco mejor por motivo del buen clima.

Pixabay (CCO)
Pixabay (CCO)

¿Cómo puedo mejorar mi estado de ánimo en dos minutos?

1- Sonríe, aunque no tengas ganas de hacerlo.

El maestro budista Thich Nhat Hanh dijo en alguna oportunidad: “A veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa puede ser la fuente de tu alegría”.

Una investigación realizada por Tara Kraft y Sarah Pressman de la Universidad de Kansas, demostró que la sonrisa puede alterar nuestra respuesta al estrés en situaciones difíciles. El estudio indica que sonreír, incluso cuando no nos sentimos felices, puede ralentizar el ritmo cardíaco y disminuir los niveles de estrés.

2- Mantén una buena postura

Aunque suene ilógico, modificar nuestra postura puede cambiar la forma en que nos sentimos. Un estudio realizado por Brion, Petty, y Wagner en 2009 determinó que sentarse derecho influye positivamente en el estado de ánimo de las personas, proporcionándoles más confianza en sí mismos. En cambio, “echarse” en la silla, provoca el efecto contrario.

Además, otra investigación realizada por Amy Cuddy y Dana Carney de la Universidad de Harvard estableció que existen ciertas “posturas de poder” que en sólo dos minutos pueden aumentar en un 20% la testosterona, lo que ayuda a aumentar la confianza. Asimismo, disminuyen en un 25% el cortisol (hormona del estrés).

3. Pon una mano en tu corazón

Los abrazos ayudan a sentirnos mejor y por eso recurrimos a ellos cuando estamos tristes. Pero si no tienes a nadie a quien recurrir en un momento angustioso, especialmente si estás en el trabajo, puedes obtener los mismos efectos positivos, poniendo una mano a la altura de tu corazón, frotando tus brazos y masajeando tu propia cabeza.

Aunque suene un poco “cursi” o “ridículo” para algunos, la psicoterapeuta de San Francisco (EEUU), Daniela Tempesta, asegura que esto en realidad es muy útil para frenar la respuesta de nuestro cuerpo al estrés. Además, al mismo tiempo que realizas esto, puedes evocar pensamientos como “esto es muy doloroso en este momento, pero sé que pasará”. Según tempesta, lo anterior puede ayudar a calmar la angustia, tanto fisiológica como psicológicamente.