Existe un hongo llamado Clathrus archeri, más conocido como “los dedos del diablo”. Se encuentra encerrado en un huevo blanco a rosado que cuando eclosiona se despliegan de entre cuatro a ocho brazos de color rojo parecido a tentáculos.

La peor característica de esta rara especie es que tiene un olor nauseabundo a gas o carne en descomposición, pero su propósito es atraer a los insectos que transportan las esporas… No es comestible.

Según indica el portal científico Live Science, el hongo es originario de Nueva Zelanda y Australia, pero se extendió a través de Asia y Europa en 1914, aparentemente escondido entre los suministros militares durante la Primera Guerra Mundial.

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En 1982, los micólogos David Arora y William R. Burk anunciaron que C. archeri se había extendido a América del Norte. Asimismo, los investigadores descubrieron que los especímenes que encontraron en California probablemente descienden de esporas transportadas en plantas exóticas.

Los “dedos del diablo” típicamente aparecen en racimos en el suelo alrededor de astillas de madera en descomposición y troncos viejos, o en la hojarasca.

Arora y Burk escribieron en su artículo de 1982 en la revista Mycologia que Clathrus archeri aparece por primera vez como una bola blanca o beige de aspecto inocente.

Esta especie de huevo no es duro, sino que está cubierto por una membrana lisa o escamosa que se deforma debajo del dedo de cualquier persona lo suficientemente valiente como para tocarlo.

Eventualmente, los “dedos” extendidos se secan en cáscaras negruzcas y quebradizas. Este hongo, que está relacionado con las especies de cuerno de aguijón que aparecen en los platos en algunos países, no es ni tóxico ni venenoso.

Aún así, es imposible que quisieras morder uno debido a su aspecto y olor. Arora y Burk rompieron el tono técnico generalmente estricto de su papel como científicos y afirmaron que huele “como cangrejo podrido”.