Fue en junio de 1978 cuando comenzaron a circular en Chile los billetes de mil pesos, los que en su zona frontal presentan la efigie de un hombre delgado con un llamativo bigote.

Y aunque cada día se usan varios millones de estos ejemplares a nivel nacional, probablemente sean pocos los que conocen con precisión la identidad de este personaje.

Algo similar ocurre con la cripta de mármol que está a un costado derecho de la entrada a la Catedral de Santiago. En este lugar se conserva nada menos que los corazones de cuatro militares de fines del siglo XIX, aunque pocos advierten este detalle.

Pero, ¿que tienen en común el billete de mil pesos con aquella cripta? La respuesta es sencilla: el capitán Ignacio Carrera Pinto. Él es la persona que vemos en el popular billete verde, y que cuyo corazón descansa en el mencionado lugar.

Billete Nuevo | Carlos Agurto en Twitter
Billete Nuevo | Carlos Agurto en Twitter

Es entonces cuando surge la segunda interrogante… ¿Y qué fue lo que hizo este sujeto como para merecer este tipo de reconocimientos? A continuación te lo contaremos.

Nieto de José Miguel Carrera por vía paterna, Ignacio nació el 5 de febrero de 1848 en Santiago. Pocos meses después de iniciada la guerra contra Perú y Bolivia en la Guerra del Pacífico (1879), Pinto se enroló de manera voluntaria en el ejército, ingresando como sargento del Regimiento Cívico Movilizado N.º 7 de Infantería Esmeralda.

En aquel entonces tenía 31 años y, gracias a su excelente desempeño en el conflicto, fue ascendiendo gradualmente hasta convertirse en capitán y jefe de la cuarta compañía del regimiento Chacabuco. Esto, tras haber participado en la campaña de Tacna y Arica, y en la batalla del Alto de la Alianza, entre otras.

Aquel regimiento formaba parte de la división que ocupaba la sierra central del Perú.

Combate de la Concepción

En julio de 1882, y en el marco de este enfrentamiento bélico, la 4ª Compañía del Regimiento Chacabuco -al mando de Carrera Pinto y que estaba compuesta por 77 hombres y dos mujeres que seguían a sus esposos- llegó hasta la localidad de La Concepción, ubicada en los Andes centrales de Perú.

Advertido sobre la presencia chilena en este lugar, el coronel peruano Andrés Avelino Cáceres ordenó un ataque el domingo 9 de julio, a través de un cuerpo formado por 300 soldados y unos mil campesinos armados con lanzas y armas similares.

Según recoge la Academia de Historia Militar de Chile, esta guarnición sufrió un sostenido ataque desde, aproximadamente, las 14:30 de aquella jornada, hasta las 09:00 del día siguiente.

“Primero los chilenos defendieron las entradas de la plaza del pueblo, pero con el paso de las horas debieron replegarse a su cuartel”, agrega la Academia en su sitio oficial.

La idea de Carrera Pinto era la de esperar a que el resto del Ejército de Chile llegara pronto.

Pero para su mala fortuna y la de sus acompañantes, la marcha chilena se vio frenada debido a ataques sufridos en las ciudades de Marcavalle y Pucará.

Litografía de 1904 que representa el combate de Concepción (Obra de Luis Fernando Rojas) | Wikimedia Commons
Litografía de 1904 que representa el combate de Concepción (Obra de Luis Fernando Rojas) | Wikimedia Commons

De acuerdo al historiador chileno Francisco Machuca, el coronel peruano Juan Gastó envió a un emisario solicitando la rendición del batallón en el convento en el que estaban replegados.

Sin embargo, de acuerdo a la propia fuente, Carrera Pinto respondió que eso sería imposible, argumentando que dentro de sus venas corría sangre del prócer de la independencia chilena, el general José Miguel Carrera.

De esta manera, y ante la imposibilidad de escapar, los chilenos permanecieron atrincheraron mientras sus enemigos, que eran notablemente superiores en cantidad, aguardaban en el exterior. Esto dio inicio a un enfrentamiento en el que el capitán chileno resultó herido en su brazo izquierdo.

Batalla de la Concepción | identidadyfuturo.cl
Batalla de la Concepción | identidadyfuturo.cl

De acuerdo a uno de los soldados chilenos, identificado como Marcos Ibarra Díaz, Carrera Pinto dio la orden de no rendirse, y exigió que quemaran hasta el último cartucho. Además, les indicó que tendrían que morir, “pero peleando”.

Tras unas horas, los peruanos rociaron con combustible e incendiaron el techo del convento, lo que obligó a los soldados a ocupar un lugar contiguo a la iglesia, cerca de las 12 de la noche.

Es en este momento en el que los ataques se intensifican, provocando la muerte de Carrera Pinto, justo en el amanecer del lunes 10 de julio. Tras su fallecimiento, el batallón queda a cargo del subteniente Julio Montt Salamanca.

Soldados chilenos (de izquierda a derecha): Arturo Pérez Canto, Ignacio Carrera Pinto, Julio Montt Salamanca y Luis Cruz Martínez (CC) Wikimedia Commons
Soldados chilenos (de izquierda a derecha): Arturo Pérez Canto, Ignacio Carrera Pinto, Julio Montt Salamanca y Luis Cruz Martínez (CC) Wikimedia Commons

Debido a los ataques peruanos que se registraron durante toda la noche, sólo 9 de los 77 soldados quedaban con vida. Cada vez los forados en el convento eran mayores, y tras varias horas de intensa lucha, en la que incluso se quedaron municiones, los chilenos se vieron en la obligación de escapar del humo del lugar.

Fue en este momento en que los soldados murieron masacrados por el enemigo, resultando varios de ellos descuartizados por la enardecida turba.

Una vez concluida la batalla, arribó a La Concepción las fuerzas a cargo del coronel chileno Estanislao del Canto Arteaga, quien tras ver la masacre producida en contra de los 77 soldados, ordenó que se fusilara a 18 de los 20 habitantes que aún quedaban en el lugar. Posteriormente, la localidad fue incendiada.

Este fue el testimonio del hecho de Justo Pastor Merino, cirujano del ejército chileno, quien llegó horas más tarde a La Concepción proveniente de Huancayo (fragmento citado desde el portal de la Academia de Historia militar).

“Nosotros entramos a Concepción como a las 5 de la tarde del día 10 a sangre y fuego. Pues a esa hora todavía quedaban en el pueblo algunos montoneros, que pretendieron hacerse fuertes a pesar de nuestra proximidad; pero tuvieron que ceder, y una vez nosotros en el pueblo, lo primero que hicimos fue visitar el cuartel. ¡Qué terrible espectáculo se presentó desde el primer momento a nuestra vista! El cuartel en gran parte estaba abrasado por las llamas y al llegar a su puerta se veían desde los umbrales los cadáveres hacinados. Entré al cuartel de a caballo y al encontrar en los cuartos y en el patio cadáveres y sólo cadáveres ignoro lo que pasó por mí”.

De esta manera, cada 9 de julio el ejército chileno realiza el juramento a la bandera de los nuevos conscriptos en honor a los 77 jóvenes que ofrendaron sus vidas los días 9 y 10 de julio de 1882 en la sierra peruana.

Ejército conmemora en 2013 la Batalla de La Concepción con tradicional juramento a la bandera | Valeska Belmar (RBB)
Ejército conmemora en 2013 la Batalla de La Concepción con tradicional juramento a la bandera | Valeska Belmar (RBB)

¿Por qué se conoce tan poco a Ignacio Carrera Pinto?

No es necesario realizar una revisión demasiado exhaustiva como para corroborar que Ignacio Carrera Pinto no es uno de los personajes de nuestra historia más recordados.

Al respecto, el destacado académico del Departamento de Historia y Geografía de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Andrés Medina, sostiene que en Chile estamos en presencia de una sociedad contemporánea que tiene serias carencias respecto a lo que significa nuestro pasado, lo que tiene relación con diversos factores.

“En primer lugar, hace años que la educación chilena muestra una serie de falencias graves. Uno de esos factores tiene que ver con que, la enseñanza, desde el nivel más básico hacia arriba, debía asociar comunicación, razonamiento y sentid patrio. Pero resulta que si analizamos esos tres factores, nos damos cuenta con que cada vez estamos peor”, indicó el experto.

“Uno de los elementos que nos está fallando gravemente es el del conocimiento de nuestra raíz histórica, en donde está involucrada la batalla de La Concepción, Ignacio Carrera Pinto y otros hechos importantes. Estos temas debieran importarnos a todos, porque resulta que Chile goza de una serie de elementos que nos ofrece el mercado, y muchos no se dan cuenta que el 20% de esos recursos vienen de Chuquicamata y las mineras del cobre que están en la provincia de Antofagasta, la que fue ganada durante la Guerra del Pacífico”, expuso.

En ese sentido, el catedrático sostiene que estamos en presencia de una degeneración de lo que significa un proceso de enseñanza y aprendizaje.