Tres años antes de que Alemania invadiera Polonia en 1939, Adolf Hitler ordenó la construcción del resort más grande del mundo en la isla alemana de Rügen, en el mar Báltico.

La idea del líder de la Alemania Nacionalsocialista era la de desarrollar un paradisíaco destino turístico llamado Prora, en el que los nazis pudieran disfrutar de sus vacaciones.

“Quiero que todos los trabajadores alemanes puedan acceder a unas vacaciones suficientes y que se haga todo lo posible para que todo su tiempo de ocio les proporcione el necesario descanso”, decían los panfletos que circulaban a fines de los años 30, firmados por el propio Hitler.

Morten Jensen (CC) Flickr
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Sin embargo, sus planes se vieron truncados con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. A medida que el Tercer Reich desarrollaba su devastadora marcha por Europa, los obreros comenzaron a regresar a trabajar a las fábricas, dejando a Prora en el olvido.

Según recoge el sitio de actualidad Business Insider, luego del fin del conflicto bélico sus instalaciones permanecieron abandonadas hasta que en 2013 fueron adquiridas por una compañía inmobiliaria, la que decidió transformar el lugar en un complejo de departamentos de lujo.

Se trata de Metropole Marketing, firma que pagó 2,75 millones de euros para quedarse con los derechos para trabajar en la renovación de la construcción, proyecto con el que se espera concretar un moderno y opulento destino turístico.

Ubicado a tres horas vía terrestre de Berlín, Prora está compuesto por ocho bloques de edificios de seis pisos cada uno.

Metropole Marketing
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Aunque se espera que la remodelación concluya de manera definitiva en 2022, diversas residencias ya han sido vendidas, en valores que fluctúan entre los 400.000 y 725.000 dólares (254 y 460 millones de pesos chilenos aproximadamente).

Independiente del tamaño o valor del departamento, todos los edificios cuentan con ascensores de cristal, ambientes climatizados y modernos diseños. Por su parte, todas las unidades que “miran” hacia la playa, tienen una vista privilegiada del Mar Báltico.

“Estoy feliz por saber que en el edificio se están haciendo apartamentos para las vacaciones. Siempre que pasaba por aquí lo veía en ruinas. El lugar fue ideado en un momento oscuro, pero es estupendo que puedan ser rehabilitados poco a poco”, señaló una escritora que pagó por uno de los departamentos, según publicó el periódico español ABC.

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