Mariza Ruelas, una mujer de origen latino 37 años y madre de 6 hijos que vive en California, Estados Unidos, arriesga pena de cárcel por vender ceviche a través de un grupo de Facebook.

La mujer comenzó en 2014 a vender ceviche en la red social, en un grupo sobre comida casera y recetas, debido a que en un momento necesitaba dinero urgente para celebrar el cumpleaños de su hija. Luego, continuó vendiendo de manera ocasional en la página, indicando que lo hacía junto a sus hijos como una especie de hobby un par de veces al mes.

Y no sólo vendía, sino que también compraba. Sobre por qué le gustaba el sistema, relata que “habían ocasiones en las que no tenía tiempo para cocinar. Entonces, podía ir ahí (al grupo) y acordar recoger algo en algún lugar, o hacer que te lo llevaran a la casa el mismo día. Resulta ser un sistema muy conveniente para muchos”.

Pese a que al principio todo iba bien, los problemas comenzaron en octubre de 2015, cuando le vendió a un detective encubierto un plato de 12 dólares (unos 7.800 pesos chilenos). Poco después de eso, ella y al menos otros 6 integrantes que vendían en el grupo recibieron cartas judiciales, citándolos a la corte por haber violado la regulación sanitaria.

Ruelas, que para ese entonces se había convertido en administradora del grupo, que ya tenía unos 15 mil miembros, decidió cerrarlo tras esto.

Los cargos por los que se está procesando a la mujer son operar un local y vender sin los permisos correspondientes, algo que tiene una pena máxima de 1 año de cárcel.

Como una salida alternativa del caso, a los otros 6 afectados se les ofreció no ir a juicio, a cambio de que reconocieran sus delitos y otras exigencias. Ellos aceptaron el acuerdo.

Sin embargo, Mariza se negó a una salida alternativa, debido a que su castigo era mayor al del resto porque, a diferencia de ellos, la mujer siguió publicitando productos en Facebook después de que fue citada al tribunal. La opción que le propusieron era que estuviera 3 años en libertad condicional, hiciera 80 horas de servicio comunitario y pagara 253 dólares de multa.

Al respecto, explicó que cree que es “increíble” que le haya pasado justo a ella y no a otras personas. “Esto es una locura, porque la gente ha estado vendiendo estas cosas en sus autos o en estacionamientos durante años. Nunca pensé que sería un problema”, declaró a la revista estadounidense Time.

La mujer continúa defendiéndose, indicando al diario Los Angeles Times que “no lo considero como un negocio, ni tampoco lo hace mi abogado, debido a que no era algo que hacía a diario”.

Por su parte, la fiscal que está llevando el caso, Sherri Adams, recalca que el caso sí es importante, pues se pone en riesgo la salud de los consumidores al vender comida de forma ilegal.

“No hay fiscalización en el caso de la gente que opera este tipo de negocios en sus casas. Podrían estar haciendo la comida en un garage sucio, en su cocina, sin ningún tipo de medida sanitaria”, sostuvo.

Sobre la pena de cárcel, la abogada dice que si Ruelas es sentenciada, no sería a más de 10 días de presidio.